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El cerro de montecristi
Diversidad a 630 metros de altura

“Ya llegamos”. Fue el grito de Gabriela Setti cuando estuvo en la cima del cerro, a más de 630 metros sobre el nivel del mar.

Lunes 10 Agosto 2015 | 04:00

 Setti se emocionó cuando en la cima observó áreas húmedas y que desde los árboles caían al suelo gotas de agua.

El alemán Andreas Haessler tomó varias fotografías en la cima del cerro. “Es la primera vez que lo escalo y estoy emocionado. Abajo hace calor y acá arriba es como estar con aire acondicionado”, dijo el extranjero en un perfecto español.
>Experiencias. Gabriela, de 27 años, señaló que desde los 17 años le gusta escalar los más de 600 metros de altura que tiene el cerro y asegura que hasta ya perdió la cuenta de las veces que lo ha hecho.
“Desde aquí se observan el mar, las carreteras hacia Portoviejo y Jipijapa, la ciudad de Montecristi. Bonita vista”, dijo el alemán cuando estaba en la antena que se ubica en la cima del cerro.
Setti y Haessler demoraron 70 minutos, de 09h00 a 10h10, en escalar el cerro. Ambos estuvieron acompañados por la periodista Angie Suárez, el concejal Héctor Santana y otros montecristenses.
Santana no se arrepintió a  pesar del cansancio. Dijo que en sus 49 años de vida era la primera vez que experimentaba esa aventura.
El silbido de los pájaros y el olor a palosanto copan los sentidos de quienes llegan hasta la cima del cerro.
Santana se mostró sorprendido por la humedad que hay en el lugar.
>Biodiversidad. Por su parte, Angie tomaba apuntes de toda la biodiversidad que observó a lo largo del trayecto para hacer una crónica de esa aventura. Otro que también vivió la experiencia de subir el cerro fue el alcalde de Montecristi, Ricardo Quijije, quien fue el primero en iniciar la travesía y el último en llegar. Lo hizo en más de dos horas y media.
En la zona habitan venados, guatusos, mula de monte, cinchona, conejo silvestre, entre otras especies, algunas en peligro de extinción.
>Contaminación. Quijije también observó basura, como botellas de plásticos, tarrinas, trapos y otros desechos en algunos tramos. 
“Eso es lo malo del cerro. No hay conciencia ambiental”, dijo Gabriela Setti, quien llevó fundas en las que recolectaba los desperdicios que encontraba en el descenso.
Daniel López, presidente de la fundación Nueva Vida, dijo que la variada flora y fauna que hay en el cerro se afecta por la contaminación y que se deben tomar acciones urgentes.
Después de experimentar la escalada al cerro y evidenciar los problemas ambientales, las autoridades se comprometieron a tomar acciones urgentes.
 
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