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Manta
10 años de una desgracia en el mar

Ecuador Macías lo supo desde un principio. Fue un instinto de hombre de mar. Su hijo desapareció en un naufragio y las probabilidades de que no apareciera eran tan grandes como el mismo océano.

Domingo 09 Agosto 2015 | 10:00

“A mí no me engañan, les dije. Aquí vinieron periodistas a preguntarme que si tenía esperanzas de que apareciera, pero para qué me voy a mentir. Soy pescador y sé que bajo el océano hay montañas y peces grandes. Que apareciera era imposible”, expresa. 

Y así fue. Nunca volvió a ver a su hijo. 
Él (su hijo) era el cocinero de un barco que, según reportes, el 13 de agosto del 2005 se hundió con 104 personas a bordo entre las costas de Ecuador y Colombia. 
Todos eran migrantes que querían llegar a Estados Unidos.  
Allí iba él y allí se perdió. A estas alturas hablar de eso le causa dolor. 
Ahora el hombre se ha dedicado a atender su tienda y tocar el tema es como remover heridas, dice. Y eso lo pone mal. 
Esmeraldas. Han pasado 10 años del suceso en el que solo sobrevivieron nueve personas. 
Los cuerpos de los otros 104 emigrantes nunca aparecieron. En ese entonces se decía que quedaron atrapados en la bodega del barco, aunque los sobrevivientes aseguraron que algunos se ahogaron cuando intentaban salvarse.
Luego de 10 años los datos de aquel naufragio son escasos. 
Sonia Barcia, quien se desempeñaba como fiscal e investigó el naufragio como tráfico ilegal de personas, dijo que todo quedó en indagación previa, ya que se realizaron algunas pericias y luego el juez remitió el proceso a la provincia de Esmeraldas, de donde salió el barco. 
Luego del hundimiento la búsqueda duró varias semanas y se dijo que la nave podía encontrarse a más de 1.200 metros de profundidad. 
Los familiares de las víctimas llegaron a Manta desde la Sierra, Azuay y Cañar, principalmente, en varios buses. En ese entonces hubo una misa en alta mar. Un sacerdote de la parroquia eclesiástica del Perpetuo Socorro ofició la ceremonia.
En la iglesia informaron que el religioso se encuentra en Estados Unidos y que de ese tema poco saben en el lugar. 
Sanciones. El Código Orgánico Integral Penal, en el artículo 213, fija una sanción de siete años a diez años de prisión para los involucrados en el tráfico de personas. 
La misma pena se prevé para los dueños de los vehículos de transporte aéreo, marítimo o terrestre y a las personas que sean parte de la tripulación o encargadas de la operación y conducción, cuando se estableciera su conocimiento y participación en la infracción.
La normativa añade que si el tráfico de personas recae sobre menores de edad o personas en situación de vulnerabilidad, la pena será de 10 a 13 años.
Si se produce la muerte de la víctima, se sancionará con pena privativa de libertad de 22 a 26 años. 
La Oficina de Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (Unodc), en su último informe emitido en septiembre del 2012, señala que cada año el tráfico ilegal de migrantes mueve 6.750 millones de dólares para los delincuentes que operan en dos de las principales rutas: de África oriental, septentrional y occidental hacia Europa y de América del Sur hacia América del Norte.
Se estima que entre 15.000 y 20.000 dólares se cobra por trasladar a un migrante hacia Estados Unidos. A más de Azuay y Cañar, la provincia que registra un alto índice de casos de “coyoterismo” es Chimborazo.
Otros naufragios. El 7 de agosto del 2006, una lancha pesquera identificada como María José, naufragó frente a la playa de Santa Rosa, al sur de Manta.
En la playa se hallaron siete cadáveres. Eran personas de la Sierra que, según informaciones policiales, intentaban llegar a un barco para salir del país.
La Policía indicó en esa ocasión que la lancha se viró con cerca de 18 personas. De las demás nunca se supo el paradero.
También han ocurrido naufragios por causas distintas, pero que están en la memoria de los mantenses.
El 5 de junio del 2002, 18 pescadores desaparecieron en alta mar en el barco Jorge IV. De ellos nunca se volvió a saber nada. Su caso es un misterio. Hace cinco meses se reactivó la indagación en la Fiscalía. 
El fiscal Tito Mendoza informó que la investigación arrancó desde cero. Actualmente la entidad recibe las versiones de los parientes de los desaparecidos.
Además, la Fiscalía ha solicitado información confidencial de algunas entidades que conocieron el caso hace 13 años, como Autoridad Portuaria y Capitanía del Puerto de Manta.
En abril del año pasado la embarcación pesquera Yolanda se hundió tras sufrir una avería. Sus 29 tripulantes fueron rescatados. 
El naufragio del barco Tuna 1 dejó cuatro fallecidos. La embarcación zozobró el 4 de abril del 2012 frente a Galápagos. Según los sobrevivientes, olas gigantes hundieron la nave. A ese percance resistieron 14 de los 18 tripulantes que laboraban en la embarcación.
El barco atunero Alaska, que zarpó desde Manta el 5 de diciembre, naufragó a 775 millas del puerto manabita, cuando estaba a unas 115 millas al oeste de la Isla Fernandina, en Galápagos.
Los 18 tripulantes sobrevivieron.
Actividades pesqueras. Las mayoría de los naufragios están vinculados a personas que se dedican a actividades pesqueras. 
En Manabí hay 76 localidades pesqueras, siendo las principales Manta, Jaramijó, Crucita, Puerto López, Sucre, San Vicente y Pedernales.  
En la provincia están registradas 14.137 embarcaciones pesqueras.  
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