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Monsieur president hollande (ii)
Monsieur president hollande (ii)
Por: Pedro Vincent Bowen
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Domingo 02 Agosto 2015 | 04:00

T otalmente de acuerdo con la prohibición del ingreso de asambleístas y periodistas al área caliente del ex “bunker de los Isaías” donde se encuentran las supuestas instalaciones que la Secretaría Nacional de Inteligencia (SINAIN) utiliza supuestamente para espiar (por aire, mar y tierra) a los supuestos opositores de la “revolución revolucionaria” que hoy por hoy se encuentra en sus peores momentos, frente al anuncio de un paro nacional “indefinido” convocado para el próximo jueves 13 (mi número de buena suerte).

Sí, monsieur prèsident Hollande, no es lógico que se exhiba la tecnología con que los organismos de inteligencia vigilan las seguridades internas y externas de un Estado. ¿Habrá un país en el mundo que no lo haga, ah? Si acaso usted lo sabe, hágamelo conocer… e incluya al Vaticano, por favor. En lo que no estoy de acuerdo, es que Julian Assange, huésped indeseable de nuestra embajada de Londres, siga gozando de protección diplomática y legal, luego de admitir, sin el menor rubor, que es el autor de haber sacado a la luz pública mundial (a través de WikiLeaks) la existencia de contratos realizados por SINAIN con empresas especializadas en espiar políticos, empresarios, periodistas y funcionarios de las diferentes instancias del Estado ecuatoriano.
Creo, también, que nuestro Fiscal General (cariñosamente don Chiri) está diciendo la verdad cuando asegura que en los registros de SINAIN no existe contrato alguno con Haking Team, mencionada por Assange. Pero (el infaltable), ¿no sería mejor investigar, si no fue a Haking Team, a quién compró SINAIN el software espía? ¿Le suena los nombres de las empresas Nice Systems (Israel) y Robotec (colombiana)? Porque el susodicho software y las instalaciones que operan el espionaje desde el “bunker”, deben existir. Si no, resultaría absurda y caricaturesca la prohibición a los asambleístas y periodistas para entrar al sótano donde supuestamente se encuentra la “pepa” que permite a SINAIN saber quién soy, de qué cuento vivo, quién me llamó por teléfono, de qué hablamos, el texto de mis correos electrónicos, dónde me encuentro en este momento, quiénes están leyendo esta nota, en qué casa váis a almorzar y en qué cama váis a dormir… ¿no? Y en cuanto a Julian Assange, pregunto: ¿Por qué este traficante ($$$) de secretos militares y diplomáticos, en vez de pedir asilo a un país como Francia donde se respetan las libertades y los derechos humanos, no solicita asilo en Venezuela? Seguro que Maduro se lo dará sin pestañear, a cambio de conocer las intimidades de Obama, Putin y Castro, las aberraciones de Ortega o los secretos de alcoba de doña Kristina. 
Ou revoir, monsieur prèsident Hollande.
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