Actualizado hace: 940 días 6 horas 14 minutos
“Perros que jamás ladraron”
No, no me voy a referir a esa maravillosa obra de teatro del dramaturgo cubano Rogelio Orizondo, cuyo título encabeza este escrito; es que en nuestro país han aparecido opositores reclamando por la “vigencia de la democracia”, como si actualmente nos gobernase una dictadura. Se insiste en afirmar que en el Ecuador no existe la libertad de expresión, cuando todos los días escuchamos, leemos y vemos en medios de comunicación a presentadores de noticias y entrevistados expresar, con total libertad, versiones falsas, como aquellas que afirman que las salvaguardias arancelarias encarecerán todos los productos de primera necesidad. Una afirmación semejante tiene dos explicaciones: ignorancia sobre el tema u odio contra el Presidente.
Se repite que existe una concentración de medios informativos en manos del Gobierno, pero no saben u ocultan a la ciudadanía que en Estados Unidos seis empresas gigantescas controlan el noventa por ciento (90 %) de los canales de televisión, periódico, radios y el portal web. La oposición, en el colmo de la mentira, atribuye la crisis económica a un mal manejo de la economía por parte del Estado ecuatoriano, cuando en verdad esta crisis económica se originó en el útero del capitalismo. Se acusa al Gobierno de haber derrochado los recursos económicos del Estado, pero ocultan, con malicia, que el Estado ha invertido, sólo en educación, la cifra récord de veinte y dos millones de dólares.
Que nadie se engañe, lo que el presidente Correa enfrenta no es una oposición democrática, él tiene que batallar diariamente contra grupos politiqueros unidos bajo un objetivo común: derrocar este Gobierno, terminar con la revolución ciudadana y todos sus inmensos logros. Si fuesen en verdad defensores de los intereses populares ¿dónde estuvieron los “perros que jamás ladraron” cuando Osvaldo Hurtado sucretizó la deuda de los ricos empresarios y se la cargó al pueblo?; ¿Por qué permanecieron callados y sumisos cuando todos los órganos de control financiero estaban en manos de testaferros de la bancocracia?
¿Por qué no lanzaron, aunque sea un tenue ladrido, cuando la educación fiscal estaba bajo las patas de los caballos? ¿Alguna vez protestaron por el salario de miseria que se le pagaba a las miles y miles de trabajadoras domésticas, quienes ni siquiera merecían –según estos grupos - ser afiliadas a la seguridad social? ¡La historia los acusa de canallas! El sacerdote brasileño Leonardo Boff, humanista emblemático de la teología de la liberación, en el coloquio latinoamericano “Emancipación e Igualdad”, expresó que las fuerzas del neoliberalismo cometen “un pecado social que afecta directamente a Dios” con su estrategia de “recolonización” que impide la emancipación de los pueblos latinoamericanos.
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