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Visita
‘Voy a rezar por la familia de cada uno’

Una multitud presenció la misa campal oficiada ayer por el papa Francisco en el parque Samanes de Guayaquil.

Martes 07 Julio 2015 | 04:00

 Según el Ministerio del Interior, fueron más de 800 mil feligreses. Cifras de la Iglesia católica señalan que hubo más de 1,2 millones de personas.

La visita de Francisco a Guayaquil inició a las 09h40, cuando arribó a la Base Aérea Simón Bolívar, procedente de Quito. 
El vicepresidente de la República, Jorge Glas, recibió al pontífice en el lugar, donde decenas de niños apostados a un costado del avión flameaban banderas en honor al visitante.
También el canciller Ricardo Patiño y el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, saludaron al Papa que, al paso por la alfombra roja, posó para “selfies” y abrazó y bendijo a niños.
Durante el acto de recibimiento, Nebot entregó las Llaves de la Ciudad al papa argentino. El momento no pudo ser visto a través de televisión, ya que los medios exhibieron imágenes panorámicas del lugar durante la intervención del personero. 
Luego de ello, el Papa abordó un automóvil gris con la bandera del Vaticano para recorrer varias calles de la ciudad hasta el Santuario de la Divina Misericordia, donde era aguardado por otro grupo de fieles. 
Siendo las 10h30, el líder de la Iglesia católica ingresó al santuario, mientras besaba a los niños presentes y bendecía a los enfermos. En el lugar, se vieron lágrimas de emoción en religiosas y ciudadanos, con quienes luego rezó el Ave María. 
“Les doy la bendición. No, no les voy a cobrar nada, pero les pido, por favor, que recen por mí. ¿Me lo prometen?”, bromeó el Santo Padre, quien se retiró del lugar disculpándose por la “visita exprés”.
>SAMANES. Ya en su papamóvil, Francisco recorrió 25 kilómetros hasta el parque Samanes, donde era esperado por miles de feligreses, quienes gritaban y aplaudían a su paso. “Viva Francisco, viva el Papa”, se escuchaba gritar. 
La misa campal inició a las 12h15. El diácono manabita José Luis Sornoza leyó el Evangelio.
Ya en su homilía, el papa Francisco afirmó que la familia debe ser ayudada y que esto no debe entenderse como “una forma de limosna”, sino que es una verdadera “deuda social respecto a esta institución”.
“La familia constituye la gran riqueza social que otras instituciones no pueden sustituir, que debe ser ayudada y potenciada, para no perder nunca el justo sentido de los servicios que la sociedad presta a los ciudadanos”, dijo el pontífice.
Francisco hizo referencia a la lectura de Sornoza del pasaje de la Biblia de las bodas de Caná, cuando Jesús hizo el milagro de convertir el agua en vino, para hablar de la importancia y defensa de la familia.
“Las bodas de Caná se repiten con cada generación, con cada familia, con cada uno de nosotros y nuestros intentos por hacer que nuestro corazón logre asentarse en amores duraderos, fecundos y alegres”, aseguró.
Y utilizó la metáfora de la falta de vino para hablar de cuando en la familia “no hay trabajo”, o hay “enfermedades” o “en las situaciones problemáticas” que las familias atraviesan. 
Francisco también contó que su madre cuando le preguntaban a cuál de sus cinco hijos quería más contestaba: “Son como los dedos de la mano, si me pinchan este me duele, lo mismo que el otro”.
El Papa terminó su alocución diciendo que “el mejor de los vinos está por venir para cada persona que se arriesga al amor”, para “aquellos que hoy ven derrumbarse todo” y para “los desesperados”.
Durante la misa, las familias Caicedo Porozo y Suárez Novillo entregaron las ofrendas del vino y el pan, elementos que luego fueron bendecidos por el líder de la Iglesia católica. En total, 250 mil hostias fueron repartidas entre los feligreses, quienes previamente se dieron las manos en señal de paz por pedido del pontífice. 
Al término de la celebración religiosa, el Papa impartió la bendición al público: “Que Dios los bendiga, los acompañe, rezo por la familia de cada uno de ustedes (...) Así les pido que no se olviden de rezar por mí. Hasta la vuelta”. 
>colegio. Tras la misa en Samanes, el papa Francisco arribó a las 14h24 al colegio jesuita Javier. 
Una hilera de dos kilómetros de largo se formó para recibir al Santo Padre en la avenida del Bombero, exteriores del colegio Javier, donde se desarrolló el especial encuentro entre el Sumo Pontífice y el sacerdote Francisco Cortés, llamado también Paquito.
El ingreso del Papa al lugar fue rápido, a las 14h30. Llegó con la ventana del vehículo abajo, por lo que fue visto por la mayoría de sus fieles, quienes se ubicaron desde la intersección con la vía a la Costa, hasta la altura del colegio.
Paquito, amigo que el Papa anhelaba reencontrar, fue el anfitrión de la comida que compartieron 22 jesuitas con Francisco, seis de ellos de Guayaquil. 
>lo esperaban. Aproximadamente a las 15h00, los exteriores del Palacio de Carondelet en Quito lucían llenos de decenas de feligreses. El acceso a la Plaza Mayor era restringido, ya que solo pudieron pasar quienes tenían pases entregados por la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, a través del único acceso peatonal habilitado en la calle Chile. 
La plaza fue cercada con vallas metálicas, al igual que la Catedral y el Palacio de Carondelet. En las afueras del primer cerco, detrás de policías, hubo  personas que esperaban a que se les permitiera ingresar o al menos que les dejaran quedarse para ver al Papa  a su paso por la calle García Moreno. 
Su Santidad se reunió en Carondelet con el presidente Rafael Correa y sus ministros. Ya en el balcón del Palacio, Francisco se dirigió a los feligreses: “Les voy a dar la bendición para cada uno de ustedes, sus familias, todos los seres queridos y para este gran pueblo”.
El Papa además pidió “que no haya diferencias, no haya exclusivo ni gente que se descarte. Que todos sean hermanos. Que se incluya a todos y no haya ninguno que esté fuera de esta gran nación ecuatoriana”.
“Buenas noches y hasta mañana”, dijo Francisco al despedirse. 
La prensa nacional e internacional mostró su malestar por la dificultad que se presentó para cubrir el evento en el Palacio de Carondelet. 
Algunos comunicadores denunciaron además haber sufrido robos de equipos fotográficos, celulares, documentos.
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