Actualizado hace: 939 días 23 horas 51 minutos
El papa Francisco se reunió con el presidente de Ecuador en privado

El papa Francisco mantuvo una reunión privada con el jefe de Estado de Ecuador, Rafael Correa, en el palacio de Carondelet, sede del Ejecutivo, hasta donde se trasladó a su llegada de Guayaquil.

Lunes 06 Julio 2015 | 21:21

Tras bajar del modesto automóvil en el que llegó a Quito desde el aeropuerto y ser recibido por Correa, el sumo pontífice se acercó a uno de los balcones del palacio de Carondelet, desde donde saludó y bendijo a los fieles que lo vitoreaban desde la Plaza de la Independencia.
Las cámaras ofrecieron imágenes del ingreso del papa a la casa de Gobierno acompañado, entre otros, de su anfitrión, quien le enseñaba las decoraciones hechas con flores en honor a la visita, mientras músicos y cantantes interpretaban una melodía que le daba la bienvenida.
Inmediatamente, el papa y Correa mantuvieron una reunión a puerta cerrada durante la visita de cortesía de Francisco, mientras en los exteriores de Carondelet los ciudadanos quedaron en la Plaza de la Independencia a la espera de la salida del sumo pontífice.
Durante el encuentro, que duró unos 35 minutos, el papa regaló a Correa un mosaico de la Virgen con el Niño, una reproducción, elaborada en la fábrica de mosaicos del Vaticano, de la imagen venerada en la Capilla del Santísimo Sacramento en la Basílica de San Pablo extramuros.
Finalizada la reunión, el Papa y Correa se asomaron de nuevo al balcón y saludaron a los fieles y seguidores reunidos en la plaza y después, Francisco dedicó unos minutos a saludar a los miembros del gabinete de ministros, a religiosas y a empleados del palacio.
Desde Carondelet, el papa Bergoglio se dirigió a pie a visitar la vecina catedral metropolitana, última actividad de este lunes en su agenda
En tanto, en unas breves palabras durante su despedida de Carondelet el papa instó al pueblo a que "no hay diferencias"
"Les voy a dar la bendición para cada uno de ustedes y para sus familias para todos los seres queridos y para este gran y noble pueblo ecuatoriano", comenzó el papa, que no pronunció un mensaje que había preparado.
Y continuó: "para que no haya diferencias, que no haya excluidos, que no haya gente que se descarte y todos sean hermanos, que se incluyan a todos y no haya ninguno que esté fuera grande nación ecuatoriana".
El papa después les pidió que rezarán un Ave María antes de impartirles la bendición y se despidió con el habitual: "Recen por mí. Buenas noches y hasta mañana".
Este fue el último acto del segundo día de su viaje en Ecuador y tras el que volvió a la nunciatura, donde cientos de personas le estaban esperando en su exterior.
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