A su llegada a Ecuador, el papa Francisco no dudó en dejar de lado el protocolo para acercarse a los feligreses.
En el aeropuerto de Tababela, el Obispo de Roma tuvo su primer encuentro con un grupo de niños, a los cuales abrazó, besó y dio la bendición. Conocido como el “Papa humilde”, Francisco aprovechó su recorrido por las calles de Quito para saludar a los feligreses, quienes no dejaban de gritar “¡papa Francisco, papa Francisco!”