En el Museo Centro Cultural de Cuenca, dentro de unas cabinas protectoras, hay cuatro tzantzas (cabezas reducidas) donadas por la comunidad para su exhibición. 

Glenda Vivar, guía de planta del museo, explicó por qué se generó el fenómeno de las tzantzas en los shuar. Este pueblo se caracteriza por ser guerrero, se dice que cuando tenían rencillas con otros grupos buscaban decapitar a sus enemigos para guardar las cabezas. 

Primero se degollaba al enemigo, y el guerrero practicaba una incisión vertical sobre la nuca, para separar el cuero cabelludo del cráneo, luego éste es lanzado al río como regalo para el ‘panki’, la anaconda. 

Luego introducían la piel en agua hirviendo, de esta manera la cabeza y el pelo no se desprendían uno del otro, la dejaban ahí hasta que la cabeza quedaba a la mitad de su tamaño normal, entonces la sacaban del agua y la dejaban secar. 

Después se raspaba cuidadosamente la dermis, cosían los párpados y la incisión inicial, de manera que no quedaba ninguna abertura más que el cuello y la boca, sin embargo la cabeza seguía siendo demasiado grande, por lo que se le introducía una piedra caliente para que no se deformara durante el proceso, quemaban los vellos de la cara y se amarraba el cuello; finalmente llenaban con arena la boca, pintando de negro la piel y cosiendo los labios. 

Según indicó Vivar, esto se hacía para que el enemigo no vuelva a la vida, ya que según la creencia shuar, si se le dejaba abierta la boca a la tzantza, esta podía regresar a tomar venganza. 

 

>solo hombres. La tzantza no puede ser más grande que el puño de una mano, tercera o cuarta parte de su tamaño natural. Todo el proceso duraba cerca 6 días, pero la reducción llevaba solo 20 minutos, dijo la guía. Esta venganza solo era contra los hombres, ya que las mujeres y los niños eran intocables. 

 

>otras nacionalidades. En el museo también hay representaciones de otras nacionalidades de la Amazonía, entre ellas: Huaraní, Cofán y Achuar. 

De estas hay maniquíes con las características del hombre de cada pueblo. También se encuentran coronas, dardos y otros objetos típicos que fueron traídos de los lugares de origen por los arqueólogos investigadores.