Los pasos peatonales que se han construido en la ciudad y los pocos que se han mejorado, a pesar de las luces, pintura y frases motivadoras, siguen siendo elefantes blancos.
Entre las razones para su desuso está que sus diseñadores y constructores sólo pensaron en resolver el problema del congestionamiento vehicular y nada más. Pero no consideraron tanto a los jóvenes que pueden tener alguna dolencia, van con muletas, enyesados, como a los adultos mayores, las personas que andan con niños en brazos, las embarazadas.