En el sector de La Rotonda, junto a la avenida Antonio Menéndez, y al complejo deportivo de la Universidad Técnica de Manabí (UTM), entre tres y cinco retroexcavadoras (llamadas popularmente gallinetas) y entre cuatro y nueve volquetes esperan a diario algún cliente.
A LA ESPERA. Jackson Arteaga lleva 16 años como volquetero.
Cuenta que desde hace un mes decidieron ubicarse en el sitio en busca de que alguien los contrate. Explica que hay semanas en que no logran ningún “viaje”.
A su lado está José Loor, quien hace unos años compró una nueva volqueta marca Ford en 40 mil dólares. Indica que para pagarla debió vender un terreno ya que con su trabajo no le alcanzaba. “Créame que me arrepiento de haberla comprado, hay días que no sale nada de nada”, se queja.
En el caso de Mariano García, quien con su trabajo mantiene a su esposa y a una hija, opina que el problema es la falta de circulante. “No hay dinero en la ciudad, yo no recuerdo una crisis así”, señala.