Francisco; no obstante, efectuará una “breve visita” al santuario de la Divina Misericordia antes de desplazarse al lugar de la misa, indicó la CEE en un comunicado.
Los terrenos que circundan al santuario no ofrecen garantías de seguridad para una misa a la que se prevé que pueden asistir 1,2 millones de personas y por eso la Secretaría de Gestión de Riesgos propuso limitar el aforo a 11.000 personas.
La zona tiene pendientes de hasta diez metros, zonas pantanosas y lagunas y presentaba un “peligro potencial de avalancha humana”, según ese departamento.
El episcopado; sin embargo, había indicado que el deseo del Pontífice era celebrar la misa en ese lugar y que habría que reforzar las medidas de seguridad.
LA DECISIÓN. La CEE indicó que “pensando en el bien de los fieles, quienes anhelan poder encontrarse con su pastor, presentó al Santo Padre la posibilidad de aceptar un cambio en el programa, anteriormente concordado”.
“La decisión del papa Francisco de oficiar la misa en Los Samanes la ha tomado para favorecer la máxima participación de los fieles”, escribió el canciller de Ecuador, Ricardo Patiño, en su cuenta de Twitter en la que agregó que “Guayaquil estará inmensamente feliz con la decisión del pastor de la Iglesia Católica”.
Al margen de este cambio del lugar de la celebración eucarística, el programa del papa en Guayaquil incluye un almuerzo en el colegio Javier con los jesuitas, orden a la que él pertenece y con el séquito papal.