Actualizado hace: 940 días 19 horas 9 minutos
Manta
Mujer no supera su temor a salir a la calle

Viviana Silva es una viuda con siete hijos a la que el mundo se le vino encima.

Domingo 24 Mayo 2015 | 04:00

Ella sufre de agorafobia, enfermedad que padece desde hace 13 años y que aumentó con el suicidio de su esposo en marzo del 2012.
 
Su fobia está en la calle. “Me da terror salir, algo extraño oprime mi ser y me asfixia dejándome sin aire y hace que desespere por volver a mi casa”, dice.
Ella no está tomando medicinas o tranquilizantes, ni las vitaminas recomendadas, porque no tiene dinero, por eso pide a alguna institución que la apoye con una tienda u otro negocio que le permita controlar su fobia y alimentar a sus hijos.
La mujer indica que ella necesita cada mes 60 dólares para el medicamento Remedón, que es el que mitiga la fobia que sufre.
Rusos. Viviana recuerda que hace menos de dos años la fundación Life, integrada por ciudadanos rusos residentes en Manta, la apoyaban con el tratamiento médico, alimentación, ropa, educación para sus hijos y hasta la remodelación de su casa, que la equipó con electrodomésticos.
Ella añora este apoyo, sobre todo el tratamiento médico, porque casi dos años estuvo bien con la atención recibida. “Ahora no sé qué pasó con ellos, de la noche a la mañana desaparecieron. Algún día conoceré las razones por las que se alejaron”, manifiesta.
También espera la oferta del Patronato Municipal de llevarle un médico a su casa. Al igual que la oferta de becas de estudios para sus siete hijos, a quienes los envía a la escuela con el uniforme y zapatos del año pasado, que ya están pequeños, según explica.
Ella destaca que dos veces al año un pescador panameño, que leyó en el periódico su caso, la apoya llevándole pescado y algo de dinero.
Apoyo. Viviana recibe a las visitas en su hamaca, de la que sólo se baja para comer, hacer sus necesidades y para dormir.
Ella ahora está al cuidado de dos vecinos y de Juan Carlos Aquino. Este último es quien le atiende a sus hijos y en especial a ella cuando enfrenta las crisis.
Aquino indica que se considera un amigo incondicional de Viviana, sobre todo porque ella está sola a pesar de tener familia.
“Le he tomado mucho cariño, tanto que hasta perdí mi trabajo en una empresa, pareciera que fuera su esposo y el padre se sus hijos, pero la realidad es otra. Mi amor al prójimo prevalece en este doloroso cuadro que vive Vivi”, explica el hombre.
Él expresa que actúa de buena fe para evitar que “Vivi” sea llevada a un psiquiátrico. El mayor de los hijos de la mujer va a cumplir 16 años y el menor, 4.
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