“Compadre entre pa dentro /no se quede ahí en la puerta/ que parece gallinazo/ velando la burra muerta”. Este es el verso adaptado del amorfino del gallinazo, uno de los que en ocasiones interpreta Carlos Wellington.
Él es guía del museo y el encargado de revalorizar la cultura montuvia a través de versos, amorfinos y cánticos montuvios que se dan durante la guianza.
Explica que es así como intenta plasmar en el imaginario de los visitantes parte de la tradición oral que se daba antes con mayor frecuencia en la campiña manabita.
La exposición de arte popular ‘Manos que trabajan’ es la primera sala para visitar.
Esta es una de las exposiciones que recopila el mayor número de actividades ancestrales que desarrolla el campesino de la Costa, dice Carlos Wellington.
Allí se observan tradiciones y costumbres del montuvio manabita, entre ellas la forma de elaborar artículos de paja toquilla, de cocinar con leña o de pescar a orillas del río.
Añade que un recorrido completo por las nueve salas del museo al estilo de las ‘Guianzas montuvias’ toma dos horas y en otras ocasiones hasta 45 minutos.