Hay otras certezas. Una es que estas organizaciones políticas, que han colocado presidentes desde Jaime Roldós con la desaparecida Concentración de Fuerzas Populares (CFP) hasta Lucio Gutiérrez con el Partido Sociedad Patriótica (PSP), han perdido espacio en el mapa político electoral del país.
Los nuevos protagonistas son los movimientos políticos y así lo confirman las cifras. No es un accidente electoral esto. Los partidos políticos cayeron en un descrédito, profundizado desde el lenguaje del oficialismo. Actualmente están registrados varios movimientos cantonales provinciales y nacionales frente a varios partidos políticos.
Antes de la eliminación de los partidos Roldosista Ecuatoriano (PRE), Renovador Institucional Acción Nacional (PRIAN), Movimiento Popular Democrático (MPD) y el movimiento Ruptura, los partidos políticos eran mayoría en la lista de organizaciones nacionales con elevadas agrupaciones frente a pocos movimientos. Ahora el panorama ha cambiado y seguirá cambiando porque hay en trámite la legalización de más movimientos.
La moda es crear movimientos políticos y para muestra algunos ejemplos: Fuerza y Democracia Sí; Cambio, Integridad y Orden. (Camino) movimiento político cantonal dirigido por el actual alcalde Agustin Casanova, de entre otros, tantos cantonales como provinciales y nacionales.
Se cree que el origen de este fenómeno radica en la creación de la figura del adherente. El artículo 334 del Código de la Democracia dicta que los movimientos tendrán adherentes para su creación y adherentes permanentes para su funcionamiento.
“El adherente es una persona que, sin mucha responsabilidad militante, entrega su firma a favor de una organización... En el partido, hay afiliados permanentes a quienes se exige un comprometimiento mayor que la adherencia”.
El Código marca esta diferencia. Por ejemplo, para la inscripción de un partido, cada ficha de afiliado debe contener la identidad, firma, declaración de adhesión a los principios ideológicos, al estatuto del partido y de no pertenecer a otra organización política.
Mientras que el registro de adherente a un movimiento debe tener la identidad del ciudadano, la firma y la aceptación de adherencia.