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Portoviejo
Las trabajadoras sexuales se quejan por medidas de ordenamiento

“Mamá tú trabajas con hombres. No hijo, yo soy vendedora. Me han dicho que te ven por la calle haciendo eso. Es porque trabajo vendiendo...”

Martes 28 Abril 2015 | 08:26

La mujer recuerda el diálogo y se le quiebra la voz. Tiene 30 años y desde los 25 se prostituye por las calles de Portoviejo.
Su hijo adolescente escuchó rumores sobre su actividad y la increpó.
Su hijo ha intentado sorprenderla dialogando con un cliente, pero siempre la encuentra caminando. Ahora, es más probable que eso se repita pues cada vez ella y cerca de una treintena de trabajadoras sexuales están más en movimiento por las calles de la ciudad.
Vigiladas. Es como si fuera el juego del gato y el ratón. La disposición municipal es que no se instalen en ningún sitio a ofrecer sus servicios, menos en la plaza Eloy Alfaro. 
A esto se suma que, con la intervención de varias entidades, se han cerrado temporalmente establecimientos que ellas utilizaban para atender a sus clientes.
Pérdidas. Las servidoras sexuales cuentan que sus ingresos han caído drásticamente. “La gente no paga, créame”, cuenta con desesperación una mujer de unos 40 años. Explica que se sienten sin alternativas. Quisieran aprender otro oficio,  pero no ven opciones. Dudan que las contraten en otros trabajos, y por su edad ya no las reciben en prostíbulos.
“Créame, yo quisiera retirarme, pero qué hago”, dice otra.
Regulación. Por la vereda unos policías municipales caminan con chaleco y distintivos del gobierno local. Son un hombre y una mujer. No pueden dar declaraciones pero niegan las agresiones, dicen que siempre actúan con respeto.
William Salazar, director de Seguridad y Policía Municipal, explica que en ningún momento hay falta de respeto, sólo la aplicación de la ordenanza que garantiza que todo espacio público sea utilizado con orden.
“Estamos haciendo que los espacios, que son de todos, como calles y parques, sean seguros y tranquilos. Que usted pueda caminar con su madre, hermana o hija con toda comodidad”, dijo.
El funcionario señaló que a ellas no se les prohíbe el libre tránsito sino que se queden en ciertos sitios ofertando sus servicios. Sobre los hostales cerrados mencionó que eso fue una intervención de más entidades como la Intendencia y el Ministerio de Turismo. Allí hubo también cierres por temas como insalubridad.
En los negocios prefieren no opinar. “No queremos  problemas”, dijo una mujer en un local.
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