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Jipijapa
El pozo que nunca se seca

“Tengo 72 años y desde que recuerdo ese pozo ya era viejo”, sentencia Eugenio Bolívar Pincay. Con un tacho amarrado a un cabo prueba su fuerza y extrae agua fresca y clara de esta fuente.

Lunes 27 Abril 2015 | 04:00

Allí unas mujeres lavan la ropa, otra se enjuaga el champú de la cabeza. Algunos llegan a llenar sus pomas. Todos han llegado hasta el pozo San Vicente, en la parroquia Membrillal, para beneficiarse del líquido que brota de las entrañas de la tierra.
Se piensa que tiene de profundidad unos 25 metros, pero su antigüedad es tanta que es difícil hacer un cálculo. 
“En los bordes antes tenía rostros raros encima de la piedra, pero ya no están”, cuenta Ezequiel Reyes, habitante de Membrillal. “Nunca se seca, es como la marea”, dice con orgullo este comunero.
GRATIS. Durante más de medio siglo Manuela Pincay, de Sancán, ha utilizado el agua de este pozo. Fleta un carro y llega con su atado de ropa para lavarla allí mismo. “En casa gasto más plata en comprar agua a los tanqueros. Vengo los martes y sábados con mi familia”, dice.
Dory Reyes, presidenta del Gobierno Parroquial de Membrillal, contó que con frecuencia visitan el lugar para evitar mal uso del agua o que algo la contamine. “Es un atractivo más de esta comunidad”, agregó con entusiasmo.
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