“Eso (suero) tiene un tope de expiración, por eso ya tenemos que mandar a pedir para que nos envíen nuevamente”, agregó.

Jipijapa. La falta de suero antiofídico en el Subcentro de Salud y en el Dispensario del Seguro Campesino de la parroquia Pedro Pablo Gómez de Jipijapa, preocupa a las autoridades parroquiales.

Esther Pita, tenienta política de esta parroquia, lamentó que los centros médicos no cuenten con este suero.

El martes, una niña que ese día cumplía 10 años murió víctima de una mordedura de serpiente.

“En esta parroquia por ser rural se corre el riesgo de sufrir mordeduras de estos reptiles, por lo que pedimos a las autoridades de salud que nos envíen los sueros”, indicó Pita.

Daniel Pinargote, vicepresidente de la Junta Parroquial, aseguró que todos los años por la temporada invernal los ataques de culebras se dan constantemente por la gran cantidad de estos reptiles en los terrenos destinados a labores agrícolas.

“Desgraciadamente los centros de salud padecen la falta de suero antiofídico”, señaló Pinargote.

El Diario acudió a los dos centros médicos y personal que labora en estos lugares confirmaron que no poseen este antídoto  desde enero.

“En caso de alguna emergencia transferimos al paciente a los hospitales”, dijo una enfermera del seguro campesino de esta parroquia, quien aseguró que la menor fallecida no acudió al centro médico.

En el subcentro, personal que labora confirmó lo mismo.

Distribución. El subdirector del Seguro Campesino en Manabí manifestó que no tienen un número exacto de cuántos establecimientos están abastecidos.

“Cuando no tenemos nos prestamos con el Ministerio de Salud”, dijo.

Señaló que los sueros antiofídicos se distribuyen de acuerdo a las necesidades de cada dispensario. “A los que están cerca de la ciudad por lo general no. Se les entrega a los más alejados”, explicó.

MSP. Por su parte Carmina Pinargote, coordinadora zonal 4 de Salud, aclaró que “el manejo de los sueros antiofídicos es exclusivamente hospitalario. “Todos nuestros hospitales tienen suero, y allí tienen que ser referidos los pacientes”, indicó.

La coordinadora de salud explicó que el suero antiofídico tiene una forma específica de aplicarse, bajo vigilancia médica, y cada cuatro horas hay que estar haciéndole exámenes de coagulación al paciente. “Por eso se decidió que no deben estar en las unidades operativas, sino en los hospitales, porque si no se aplica bien puede causarle graves problemas a la persona, incluso hasta  la muerte”, señaló.

Refirió que más o menos  un paciente cuando ha sido mordido por una serpiente venenosa puede tardar unas tres o cuatro horas en llegar al hospital  y allí se le empieza a aplicar la dosis.

“Se necesitan muchas veces hasta diez sueros para salvarle la vida a una persona, por eso ese es un tema extrictamente hospitalario”, insistió.

Antecedente. El pasado miércoles una niña falleció en la parroquia Pedro Pablo Gómez de Jipijapa tras ser mordida por una culebra.

La teniente política de la parroquia informó que durante dos días la menor recibió curaciones de sus familiares con remedios caseros y se mantenía estable; sin embargo, después se agravó.

Pinargote dijo que lamentaba la muerte de la niña. “Justamente la pequeña es del pueblo de donde yo soy, y del pueblo al hospital, en una ambulancia hay exactamente 30 minutos, si a la niña la hubieran llevado al hospital le hubieran salvado la vida.