En el barrio Amazonas, Narcisa Bermello cree que la acumulación de aguas negras en el río ha enfermado con vómito y diarrea a varios niños del sector. 

En el lugar las aguas se han acumulado en el cauce por el daño de una alcantarilla. 

Diana Cedeño tampoco descarta que las excoriaciones en la piel de sus dos hijos se hayan generado por vivir cerca a las aguas.

Luis Morales, infectólogo, aseguró que quienes habitan en lugares donde los reboses o descargas son comunes, están propensos a enfermedades fecales y orales originadas por infecciones gastrointestinales. Otro riesgo es que las aguas suelen ser el hábitat de animales que, al estar en contacto con la contaminación, se convierten en portadores de enfermedades como cuadros diarreicos, infecciones virales, hepatitis y salmonella, indicó Morales. 

El médico añadió que estos cuadros deshidratan a una persona y que si la deshidratación se agrava puede provocar la muerte. 

Esto puede desencadenar en una desnutrición del niño mermado por pérdida de peso y crecimiento, además que baja su sistema de defensa, que sumado a otras complicaciones puede costarle la vida. 

Anddy Mendoza, director médico del hospital, reveló que en el 2014 se atendió a 5.235 personas por Emergencia que presentaron enfermedades diarreicas agudas.  A esto se sumaron 724 casos que fueron hospitalizados porque eran más delicados. 

De esta última cifra el 90% fueron mantenses y el 70% niños. 

Mendoza afirmó que los cuadros diarreicos fueron por contaminación con las aguas negras.