En su matrimonio con la altruista dama Teresa  Velásquez Álava (+) procrearon 8 hijos que honran hoy varias alternativas profesionales que, igualmente, los ubican con acierto en los medios comunitarios. Sus años como estudiante, ciudadano, hijo, esposo, padre, funcionario público,  fueron siempre burilados por una gran pasión: servir a todos, siempre con una sonrisa, con un abrazo lleno de afectos y una voluntad extrema de hacerlo  siempre bien e inconmensurable honestidad.

Sus ejecutorias  le ganaron al aprecio colectivo, unas veces en campañas de salud por el bien de todos  como director del hospital de Calceta en varios períodos , otras como primer personero de la Muy Ilustre Municipalidad del cantón Bolívar, impulsando su progreso con efectivas realizaciones. Sus desvelos por educar lo condujeron a desempeñar la rectoría del Colegio 13 de Octubre de Calceta, en acertada administración con profesionalismo pedagógico. Directivo del centro agrícola cantonal amaba su fértil cuna y decía: “Esta tierra bendita debe ser cultivada, ella nos mantendrá”. El entusiasta empresario agropecuario, que sembró miles de árboles en una tarea por mantener el hábitat  rural de su nativa tierra.

A todas luces el cantón Bolívar,  Manabí y el país  han tenido que despedir con pesar,  pero a su vez con admiración y respeto, a un valioso elemento cívico que efectivamente vivió: “Para hacer el bien, sin mirar  a quien”. 

Por todo lo expresado, el adiós que le dieron sus amigos al  Dr. Álvaro Ormaza Pinargote fue una demostración palpable de afecto y admiración.