La imposibilidad de lograr que el servicio de agua que suministran los sistemas operados por las municipalidades garanticen la calidad del líquido a consumir la población, varios métodos adicionales se presentan para que la ciudadanía logre cierta confianza en el agua a ingerir.
Una de ellas es la costumbre tradicional de hervir el líquido, otra la instalación de filtros en las cañerías internas de la casa, la aplicación de cierta cantidad de cloro o la compra de agua industrializada en bidones de tantas marcas comerciales que han surgido en Manabí.
De las opciones, las más utilizadas al parecer son la de hervirla y la de comprar la envasada que se expende en muchos locales, en vehículos y hasta en carretillas motorizadas que los ofrecen en los barrios y se la llevan a domicilio.
Sin embargo, existe la inquietud con respecto a la higiene: limpieza del envase, manera de llenarlo y la misma calidad del agua, su tratamiento y purificación, dudas sobre el particular que deben ser aclaradas.
Por tal razón, para despejar la duda ciudadana, creemos es importante que las autoridades de salud hagan públicas las medidas de control y la frecuencia con la que estas se efectúan sobre las empresas encargadas de producir el agua tratada, que, entendemos, poseen en regla su registro sanitario.
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