Marcos López sufrió un esguince de tobillo en una cancha sintética. Su zapato de pupos se quedó trabado y su tobillo se dobló. 

Según el fisioterapista Edson Briones, el error de López fue haber usado pupos. “Es un error casi criminal usar pupos en una cancha sintética”, señala Briones, exmédico del Manta FC por varios años.

Con él coincide el médico del Delfín, Abel Giler, quien indica que los pupos producen inflamación en la planta de los pies y las rodillas. “El calzado ideal para estas canchas son los pupillos”, dice Giler.

Para Briones incluso es mejor usar zapatos de lona. “Usar pupos hace que las articulaciones de las rodillas y los tobillos sufran y puedan llegar a romperse, incluso las articulaciones desgastadas pueden provocar fracturas”.

Recomendación. Otra recomendación que hace el fisioterapista Briones es no exagerar en el uso de estas canchas, “Hay gente que juega más de una hora en estas canchas y eso crea sobrecarga en las articulaciones, además de lumbalgias, lo ideal es jugar una hora”, recomienda Briones, quien no estigmatiza este tipo de superficies: “Las canchas sintéticas no son las malas, sino el calzado con el que se juega”, reflexiona.

El estadio Cristhian Benítez es el único escenario avalado por la FEF que cuenta con este tipo de superficie. Allí hace de local River de Ecuador.

En referencia al tema, el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, dijo en el programa Inside Sport de la televisión germana que “es el futuro del fútbol, cada vez más países optarán por este tipo de superficies porque se puede usar las 24 horas del día, los siete días de la semana”.

Incluso todos los partidos del Mundial Femenino de Canadá se jugarán sobre césped artificial.

Los profesionales de la salud concuerdan en que el problema no está en el pasto sintético sino en la rigidez de la superficie. Una cancha de este tipo lleva por debajo del césped, una capa de cemento o tierra comprimida.