Eran las románticas décadas radiales de 1960, 1970 y 1980 y Raúl Rosales era una de las voces más escuchadas de la Costa. Las radios se lo disputaban por su timbre perfecto y por su profesionalismo. Aunque nació en Guayaquil, Rosales se quedó en Manabí, donde logró mucho éxito.

 

Recuerda que a los 18 años empezó su carrera en Sistema de Emisoras Atalaya, luego pasó a CRE, Ondas del Pacífico y llegó a radio Cristal cuando Carlos Armando Romero Rodas y Julio Jaramillo estaban en la cúspide. 

Con ellos hizo mucha amistad, al punto que fue compadre espiritual de ambos y luego de las jornadas de trabajo compartían donde “La Mamita”, un salón donde vendían el popular traguito.

El amor por Manabí le llegó cuando conoció a una radioescucha que siempre le pedía canciones por teléfono. Era Elida Pompeya Correa, de la cual se enamoró y con quien se casó.

Así, cuando fue requerido por Ignacio Hidalgo para que dirija la radio La Voz de Manabí, no lo dudó y se vino. Acá, dijo, se quedó maravillado de la belleza de las mujeres. “Las micas les decían acá a las rubias y esa fue mi perdición”, señaló.

Fue animador de campaña de políticos como Asaad Bucaram, Jaime Roldós Aguilera, Oswaldo Hurtado, sin embargo dijo que era el animador oficial de Raúl Clemente Huerta.

El tiempo pasó, los políticos murieron, las radios AM decayeron y los años pasaron factura a Raúl, quien ahora, con 75 años, padece de varias enfermedades: la más grave es la artritis, que no le permite caminar mucho.

Sin embargo se da maneras para cada mañana salir de su casa, ubicada 

en la ciudadela El Progreso, y llegar a las 08h00 a la iglesia La Catedral a escuchar misa. Luego a las 09h00 llega al Centro Comercial, donde permanece conversando con amigos o con quienes aún lo recuerdan.