No se sabe exactamente desde cuándo estas tuberías de aguas servidas vierten los residuos al cauce del río Portoviejo, pero Paúl Bastidas, ingeniero residente de estos trabajos, estimó que podrían tener hasta 30 años.
“No tenemos un catastro. Aquí en este sector no ha habido previsión cuando fue creado, por lo que los colectores de aguas servidas fueron conectados a los de agua lluvia”, explicó Bastidas.
Ego Macías, residente de esta obra, señaló que la abundancia de guías de este tipo se debe a la falta de planificación y visión técnica de las administraciones anteriores.
Las excavaciones en las calles 5 de Junio y Granda Centeno finalizarán en dos semanas.
Contaminación. Todos estos trabajos tienen como objetivo sellar completamente las tuberías que fueron conectadas por ciudadanos y eliminar la contaminación del río.
Mariuxi Fernández, contratista de esta obra, expresó que todas estas aguas han mermado la salud de los portovejenses durante más de dos décadas.
“Es un grave problema técnico que finalmente impacta en la salud de los ciudadanos. Se vertían estas aguas sin ningún tratamiento”, afirmó Fernández.
En enero pasado Miguel Estévez , director municipal de Ambiente, aseguró que se desconectarían 536 guías clandestinas identificadas en 21 colectores pluviales; hasta el momento se han cerrado 423 guías, mientras que 185 tuberías fueron empatadas a la caja de revisión del sistema sanitario.
Esta obra, que inició el 26 de diciembre, pretende disminuir los impactos ambientales del afluente.
La obra tiene un porcentaje de avance del 68% y el fiscalizador es Vicente García.
Está previsto que la obra termine en mayo.