Las herramientas cambian pero el daño que hacen los ladrones sigue siendo el mismo, aunque también ahora hay nuevas formas de protegerse.

En primer lugar está el inmovilizador electrónico, obligatorio en los vehículos desde hace años. Ofrece una buena base de protección que se activa automáticamente tras desconectar el encendido. De este modo, el vehículo no puede iniciarse porque está interrumpido el flujo de corriente y de combustible.

En los vehículos más antiguos hay que recurrir a inmovilizadores mecánicos, como los candados para volantes, aunque el Auto Club Europa (ACE) alerta contra las altas expectativas. “El sencillo cilindro de cierre sólo asusta a aficionados”, dice Rainer Hillgärtner, portavoz del club. Un gran cepo en una rueda puede ofrecer seguridad, pero es poco práctico para el día a día. Tanto el cepo como el candado para el volante ofrecen la ventaja de ser económicos.

Mucho más caros son los modernos sistemas de localización por GPS, con los que se puede conocer en todo momento la ubicación del vehículo. El módulo principal puede costar hasta 1.000 euros (1.220 dólares), a lo que hay que añadir diez más al mes por el servicio de localización. “Para coches caros o especiales tiene sentido, pero lo desaconsejaría para un auto convencional”, dice Vincenzo Lucà, que trabaja en el servicio de inspección técnica TÜV de Alemania y que agrega que muchos autos robados son despiezados muy rápido, por lo que un sistema de este tipo no es de ayuda.

OTROS MÉTODOS. Entre los métodos modernos está también el ADN: con un proceso químico se coloca el número de identificación del vehículo en las ventanillas laterales de forma invisible. También hay otras piezas del vehículo que pueden ser marcadas de forma invisible. A través de la codificación individual, que queda registrada en una base de datos, es posible siempre la clasificación clara del vehículo o de sus componentes. “De este modo, el vehículo deja de ser atractivo para el ladrón”, afirma Lucà. Desde fuera se puede dejar claro con una pegatina roja en la ventanilla lateral que el auto tiene la codificación del ADN.

La alarma forma parte de los métodos más tradicionales. Las hay de todos los precios y las hay que incluso desde el interior detectan movimientos sospechosos. Los vigilantes electrónicos ya comunican cualquier incidencia con un mensaje al teléfono inteligente del propietario.

Igualmente importantes y gratis son las medidas de precaución personales que debe tener en cuenta todo conductor. Se recomienda bloquear el volante y cerrar el vehículo incluso en paradas cortas como las de las gasolineras. Además, no se deben dejar en el interior ni en el maletero artículos de valor como teléfonos o sistemas de navegación.

También hay que estar pendientes de la llave. “Cuando uno está en el restaurante, la llave no hace nada en el bolsillo del abrigo en el guardarropa”, afirma Lucà.