Se sugiere a la municipalidad pensar un plan exclusivo para combatir la presencia del polvo y el lodo. El retorno económico, en la salud y la autoestima, es inmediato. 

Hace aproximadamente una década fueron construidas trampas de lodo en las colinas que dieron buenos resultados inicialmente, pero luego se abandonó su mantenimiento y quedaron enterradas y no sirven más. Seguramente nuevas trampas y hasta “piscinas lava llantas” de carros, ubicadas en los accesos aportantes de lodo, son herramientas que pueden implementarse.

Hace pocos años la Universidad Técnica de Manabí anunció que estaba midiendo la cantidad de polvo que circula en la ciudad: ¿se lo sigue haciendo? Sería una herramienta valiosa.