Invitó a los países a que celebren la ocasión, a fin de redoblar sus esfuerzos “para lograr que la humanidad realice nuevos progresos en este campo”.

Aquella declaración es menester tener siempre en mente, en especial en estos tiempos en que negros nubarrones se perfilan sobre los derechos humanos, sometidos a criminales violaciones en países fundamentalistas, en los que el respeto a la vida es menos que un antojo del dominante.

Igual para contrarrestar corrientes totalitarias florecidas en países de América Latina, donde las libertades de opinión de prensa, de libre expresión y asociación resultan obstáculos a gobiernos con sentido caudillista, que ven en esos derechos ciudadanos impedimentos para sus intereses concentradores de poder. Saludamos la fecha y auguramos que, en esta nueva oportunidad, el espíritu ciudadano se refuerce en voluntad para la permanente defensa de sus derechos.