En esto, los gobiernos nacional y locales han formulado planes y agendas de desarrollo para propiciar ejecutorias, prosperidad y bienestar; pero, no han trascendido porque casi no se han ejecutado. Así, podemos afirmar, que el desempeño productivo de la provincia ha rayado en la decepción a causa de la ausencia de facilitaciones y del pobre despliegue de sus capacidades productivas.
Ahora, para que el amplio listado de instalaciones productivas y fabriles que se han identificado como potencialidades a ser explotadas e implementadas, en el contexto del “cambio de la matriz productiva”, no terminen como un “saludo a la bandera” y que de realizaciones y transformaciones muy poco se tengan en el territorio, es pertinente entrar en un comprensible proceso de reversión.
En este contexto, en nuestra entrega anterior (07.11.2014) se hizo una reflexión de las conclusiones del “I Seminario Internacional de Ordenamiento Territorial y Planificación”, que jerarquizó las problemáticas que nos aquejan, se plantearon propuestas de posibles soluciones; y, se esbozó el rol protagónico de articulación y cooperación de los actores públicos y privados.
En esta perspectiva, y en salvaguardia de no volver otra vez a caer en nuevas inacciones, deficiencias y fracasos del pasado, resulta crucial una convergencia organizativa, coordinación y de gestión de los diferentes niveles de gobierno, ONGs, universidades, sociedad civil y ciudadanía, sobre la priorización de decisiones, a la luz de recomendaciones de calificadas instancias de cooperación: Banco Mundial, BID, CAF; siendo estratégico, constituir un “Comité interinstitucional”, una suerte de “miniparlamento provincial”, para que sea la instancia que impulse: coordinación, consensos, seguimiento y evaluación, que los cambios requieren.
El desafío es mayúsculo porque, en especial, se debe pasar por:
a) la estimulación de la innovación y el crecimiento de las unidades productivas; b) la formación para la producción; c) el crédito y la asistencia técnica;
d) la selección de los sectores prioritarios del cambio;
e) la internacionalización de nuestra creciente oferta productiva;
f) la profesionalización de las capacidades públicas; g) la inversión público-privada;…
Falta ver quiénes se ponen al frente del desafío para que contribuyan a empujar al gran colectivo.