Su hijo, Júnior Vega, estudió ingeniería eléctrica y ambos atienden el taller ubicado en la calle Sucre.
“Chirapo”, como le dicen cariñosamente sus amigos, tiene 62 años de edad y recuerda que cuando se graduó en el colegio Carlos Julio Arosemena Tola, se fue becado a Guayaquil a la compañía Balda y allí, en dos años, aprendió el oficio.
Después regresó a su natal
Tosagua y emprendió su propio taller en 1976.
Desde entonces lo mantiene con el apoyo de su familia.
Según Vega, cada día trata de conservar su línea de trabajo y seguir aprendiendo, aunque no ha sido nada fácil haberse mantenido tantos años dedicados a la profesión, pero la confianza de sus clientes le permite seguir adelante, mencionó este personaje.