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Vicente Mendoza Pavón
Mentira vs. verdad

El uso indebido de un vocablo puede conducir a la opinión pública a confusiones conceptuales y a vanas “discusiones”.

Martes 25 Noviembre 2014 | 04:00

 En los actuales momentos el tema de la reelección es materia de los más diversos y disparatados comentarios. Lo que realmente se debe debatir es sobre la postulación indefinida de ciudadanos para cargos de elección popular. La reelección es una decisión que sólo puede ser adoptada, ejercida o tomada por la ciudadanía en elecciones. El pueblo es el único que puede reelegir y los ciudadanos que quieran intervenir en una contienda electoral podrán postularse indefinidamente, si así la ley lo permite. En otras palabras, la postulación indefinida la establece la ley, la reelección la decide el pueblo a través de elecciones libres y democráticas. 

¿Se debe coartar el derecho de la ciudadanía a reelegir a uno de sus miembros para un cargo de elección popular, si su gestión ha sido eficiente en todos los ámbitos de su competencia? En contra de la postulación indefinida se argumenta que esto atentaría al “principio democrático” de la alternabilidad. Este es un argumento que no tiene sustento racional y, por lo mismo, constituye una desabrida tontería. Al momento de iniciarse la contienda electoral, los partidos y agrupaciones políticas presentarán sus respectivos candidatos; y si el pueblo se inclina por el candidato de los banqueros, por Ej. y gana las elecciones, ¿no se ha operado la alternabilidad democrática? ¿En qué momento -al aprobarse la postulación indefinida- se atentó o se eliminó la alternabilidad en el poder? La gran verdad es que las élites y su brazo ejecutor la partidocracia sienten temor enfrentarse nuevamente con el Presidente Correa, en caso de que éste decida postularse para un nuevo mandato presidencial, pues en apenas siete años el pueblo ha logrado establecer grandes diferencias entre los gobiernos anteriores y el actual. Antes existió una política económica sometida al poder financiero internacional; hoy somos nosotros los ecuatorianos los que trazamos las líneas maestras de nuestra propia economía. Ayer la bancocracia dominaba todas las instituciones de control financiero, y es una de las pruebas irrefutables  que identifica a los autores del más grande atraco perpetrado en la historia republicana, delito inhumano que dejó en la miseria a millones de ecuatorianos, obligándolos a emigrar a otros países, causando la desmembración de esas familias, y creando la “legión de los prófugos de la pobreza”. 
Hoy esos organismos de control ya no obedecen a la bancocracia, están al servicio de los intereses nacionales y cumpliendo con responsabilidad sus funciones a fin de evitar que nunca más se vuelva a repetir un feriado bancario y la incautación de los dineros que los ecuatorianos confiaron en las manos de una bancocracia corrupta.
Compañero lector: “no comas cuento”, no te dejes engañar, no puedes confiar el futuro  de la Patria en quienes persiguen la recuperar el poder para beneficio propio. Recuerda el consejo de Catón; “Cuando veas que la cosa te es propicia, no la abandones; puesto que la ocasión que ahora se te presenta con los pelos, después será calva”.
 
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