El caballero de la salsa y el bolero, el boricua Gilberto Santa Rosa, fue el encargado de abrir el espectáculo.
Su actuación se prolongó por más de una hora, en la que interpretó sus más populares éxitos, que fueron coreados y bailados por hombres y mujeres de todas las edades.
Luego, con el acompañamiento de la orquesta Salsa Giants, bajo la dirección de Sergio George, se turnaron en el escenario otros mimados del público como los puertorriqueños La India, Tito Nieves, David Kada y Willy Colón con su orquesta, junto al dominicano José Alberto “El Canario”, entre otros.
EMOCIÓN. Pero el Madison Square Garden rugió de emoción y los presentes se pusieron a bailar en todos los pisos al escuchar “Llorarás”, uno de los clásicos con el que abrió su actuación el muy querido músico y cantante de Venezuela Óscar D’León, que se ha mantenido por 31 años consecutivos al tope de la predilección popular a nivel internacional.
Después de cantar y bailar varios de sus emblemáticos éxitos, Óscar hizo una pausa para invitar al escenario a la viuda del desaparecido sonero puertorriqueño Cheo Feliciano, que por más de 50 años fue la esposa fiel de su colega y hermano del alma, y con su permiso procedió a interpretar la joya más preciada en el repertorio de Cheo, “Amada Mía”, como un homenaje póstumo al ídolo desaparecido.
Mientras el público lo acompañaba con el coro, Óscar D’León se emocionó y su incontrolable llanto ahogó su voz, interrumpiendo su canto.
Él abrazó a la viuda de Cheo Feliciano para recuperar su compostura y proseguir cantando con más emoción, en medio de una apoteósica reacción del auditorio, al que también se le hizo un nudo en la garganta y las lágrimas nublaron la mirada del más corajudo de los salseros, al recordar al desaparecido ídolo de Puerto Rico y el mundo.
organización. Para los asistentes al concierto la “Salsa Vive II”, el maratónico programa musical fue impresionante por la organización y calidad de los ídolos que fueron invitados.