A tal punto que el mandatario hizo pública su innegable contrariedad por la falta de entrega de los superiores en el Ministerio de Obras Publicas en Manabí; y les llamó seriamente la atención por esta incapacidad demostrada. 

Pero hasta allí nomás llega la cosa; que se conozca, sanciones de ninguna índole. Con toda seguridad se sacrificarán, posiblemente, nada más que pobres mandos medios; y hasta quizás una que otra multa a un contratista. Y pare de contar.

Qué desilusión causa el ver que la mayoría de las carreteras manabitas, construidas a costos nunca dados en la región, se estén destruyendo a pasos acelerados y no merezcan un mínimo de mantenimiento. 

No existen a lo largo y ancho de estas vías, en su gran conjunto, señalización oportuna, peor una identificación de nombre de contratista, costo de la obra, periodo de construcción, nombre de fiscalizador, como lo exige la normativa.

Y realmente que esto sí resulta un verdadero contrasentido, pues mientras el Ministerio de Relaciones Laborales, SRI, Aduana, etc. hacen gala de una persecución programada a todo empresario o persona natural que cometa la mínima infracción para sancionarlo o cerrarle su negocio, por limitado que este fuera; que a los conductores de transporte se los encarcele y multe por tener llantas aparentemente lisas, con estos funcionarios evidenciados por el presidente Correa como incumplidos de sus funciones específicas, con el riesgo que esta incapacidad si genera, no pasa nada.

Este llamado de atención del primer mandatario, más allá de los efectos que debe dar, evidencia una especie de patente de corso de una burocracia que resulta a todas luces inamovible en sus funciones, entroncada a grupos de poder, satanizadas y vilipendiadas como en las épocas de la partidocracia. 

Y que no solo es en este sector de la construcción, pues se da en otras parcelas del sector público, donde la insatisfacción es generalizada y manifiesta, y, las quejas y los reclamos no causan ni pío.

Es de esperar que frente a esta innegable evidencia, donde el quejoso e insatisfecho es nada menos que el presidente Correa, cambie en algo esta sólida estructura, por el bien de la provincia.