Tanto los medios nacionales como los locales han dado la necesaria cobertura a la posición de Medardo sobre los derechos que nos asisten acerca de la territorialidad manabita de la Manga del Cura, en base a aspectos legales, como la Resolución de la Asamblea Nacional Constituyente presidida por Asaad Bucaram (R.O. 51 del 28 de enero de 1967), la Resolución de la Asamblea Nacional Constituyente presidida por Gonzalo Cordero Crespo (R.O. 67 del 17 de febrero de 1967) y el Decreto 079 de la Asamblea Nacional Constituyente dirigida por Andrés F. Córdova (R.O. 161 del 8 de julio de 1967).

Y para reforzar nuestros derechos, no sólo legales si no históricos, la Comisión Especial de Límites Internos de la República, presidida por Carlos Ramos Ampudia, con oficio 2216 del 18 de mayo de 1983 dirigido al entonces Prefecto, Luis Alberto Giler, sostiene con argumentos sustentados en estudios geográficos y orográficos realizados en la zona que pretende arrebatarnos el prefecto del Guayas, que la Manga del Cura ha sido manabita desde que el cura Pinto y moradores de Calceta, tomaron posesión de este territorio en 1928, tal está documentado, conforme lo ha hecho conocer el ex arzobispo de Manabí, José Mario Ruiz.

Ja-Jairala, perfecto guayaco, sostiene que: “… las provincias que tienen controversias por territorios no tienen sus límites definidos…”. 

Se refiere a sus intenciones de incorporar “a las bravas” la Mangadel Cura, al Guayas, como si fuera “territorio sin límites”. De acuerdo: hay territorios con límites pendientes. Pero (el infaltable), este no es el caso de la Manga del Cura, cuyos linderos están definitivamente definidos.

En artículos anteriores estuve a favor de que este tema debería dirimirse mediante consulta popular entre los mangacurenses. Sin embargo, luego de analizar otras opiniones y de revisar documentación que me ha sido suministrada por personas que están más empapadas del tema: Vicente Delgado Alcívar, Lizardo Mendoza y Leonardo Falconí, he llegado a la conclusión de que no cabe consulta alguna, porque hacerlo, sería como si consultara con los vecinos, quién fue mi madre, lo cual resultaría absurdo, no?

“El sabio puede cambiar de opinión, las mulas y los necios nunca” (Inmanuel Kant).