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Reclamos por pesticida
Reclamos por pesticida
Por: Alfredo Saltos Guale

Sábado 04 Octubre 2014 | 04:00

Costa Rica conserva el liderazgo continental en la producción sustentable con el menor daño posible a la naturaleza y, dentro de ella, a los seres humanos, exhibiendo avances significativos.

Por ejemplo, hace pocos días el Presidente de la República ratificó en la Asamblea de las Naciones Unidas que se convertirá en el 2021 en  nación de “carbono neutral” queriendo significar con ello que se alcanzará la meta de emitir a la atmosfera menos  anhídrido carbónico que el que se absorbe de ella, mitigando el efecto invernadero causante de los cambios climáticos. Pero también es admirable que, luego de varias décadas, los organismos estatales continúen atendiendo  demandas por los daños ocasionados por el agro tóxico DBCP (Di bromo cloro propano), utilizado también en las bananeras ecuatorianas por los años 60 y 80 del siglo pasado  para reducir supuestos daños de minúsculos gusanos que habitan en el suelo, llamados nematodos. 

El uso de ese agroquímico produjo infecundidad masculina en miles de obreros  de las fábricas donde se lo elaboraba en USA y a los campesinos que lo inyectaban sin ninguna precaución y desconocimiento absoluto de las consecuencias de su irracional uso en las tierras labrantías de varios países latinoamericanos, todo esto a instancias de grandes empresas que lo distribuían y de compañías comercializadoras de banano que contractualmente lo exigían, a sabiendas de las secuelas al medio ambiente, a los animales domésticos  y a los seres humanos que tomaban contacto con él aun en mínima cantidad.  La afectación se reflejaba en contajes bajos, carencia  o falta de movilidad de los espermatozoides, alteración en su morfología  y hasta ausencia absoluta, que destruía la salud, la personalidad de los agraviados y provocaba  disolución familiar. Cientos de demandas prosperaron en las cortes americanas con reconocimiento de millonarias indemnizaciones que paliaban levemente los atentados a la salud, en cambio las que  fueron receptadas en los tribunales nacionales, o fueron desechadas o culminaron con ridículas compensaciones. Ahora en Costa Rica se estudian casi 38 mil casos nuevos porque  las manifestaciones aberrantes del veneno continúan perturbando la conducta de los demandantes, mientras que en  nuestros lares donde también se reportaron casos no se hace justicia a los perjudicados, peor evaluar y responsabilizar el desequilibrio  biológico que  provocó en los  suelos que determinó bajo rendimientos en los cultivos, reducción de ingresos, lucro cesante e infertilidad parcial de los terrenos.    
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