En ocasiones, cuando leo la reseña del triunfo de un equipo de fútbol,  noto que se destaca el trabajo que cada jugador desempeñó en su puesto o se critica, cuando se pierde, la falta de coordinación entre las “las líneas”. Claro que a veces un solo jugador puede hacer la diferencia y llevar a su equipo a la gloria, pero esa no es la regla. Lo normal es cada cual desde su posición y haciendo lo mejor que esté a su alcance, contribuya al éxito. Esto es lo destacable. Y se lo considera tan importante que cuando el “Bolillo” Gómez logró que Ecuador clasificara por primera vez a un mundial de fútbol, se convirtió, al mismo tiempo, en conferencista invitado por varias empresas para ofrecer charlas motivacionales sobre trabajo en equipo, en conjunto.

Creo que ese ha sido el propósito  de Heny Kronfle, a quien no conozco,  pero que en su calidad de Presidente del Comité Empresarial Ecuatoriano presentó la idea de una alianza público-privada para impulsar el crecimiento y la inversión en el país. 

De acuerdo a una información dada a conocer por Walter Spurrier, “La Alianza es algo parecido a una concesión con reembolso directo del Estado. En lugar de que el Estado se endeude, por ejemplo, para construir un hospital, selecciona a un grupo inversor para que lo construya.

Durante un período determinado los inversionistas gestionarían la empresa, la infraestructura. Pero los médicos y personal de salud serían funcionarios públicos bajo la supervisión de las autoridades. El Estado paga en cuotas la obra más la utilidad pactada. Una vez terminada la obra revierte al Estado”.

No conozco en detalles la propuesta, pero el mismo proponente dice que no es un mecanismo nuevo. De lo que se trata es que el inversionista, nacional o extranjero, coloque sus recursos en obras que el país necesita. Resultados: hasta sin recursos o con escasez de ellos se puede ejecutar obras, no se endeuda en los términos como se concibe la deuda pública, los ciudadanos comienzan a disfrutar tempranamente de las bondades de la obra pública y se paga en cuotas. Esto sería un trabajo en equipo: el Estado ubicando las prioridades de inversión, el que tiene excedentes ociosos colocándolos y todos beneficiados.