Aunque vive en Rocafuerte llega a menudo a Portoviejo  y usa buses urbanos para transportarse, pero no está conforme con el servicio.

Paola Zambrano, profesora, cuenta que una vez casi se cae cuando el bus arrancó cuando ella aún no terminaba de bajar en la parada de la ciudadela San José.

Para ella, la falta de buen trato, respeto de las paradas y exceso de velocidad están entre las quejas frecuentes.

Malestar. Ciudadanos consultados por este medio coinciden en citar esas faltas, junto con el irrespeto de rutas y horarios, y a adultos mayores como las más recurrentes.

Concuerda con esos criterios la opinión del gerente de la empresa pública municipal de transporte, Portovial, Marcelo Véliz.

El funcionario cuestiona que son muchos los aspectos a corregir en la transportación urbana y señala que muchos de ellos pasan por una cuestión cultural.

Pone de ejemplo las veredas, que tienen un diseño en su trazado para que el bus ingrese hacia las paradas. “No las usan aunque estén allí”, cuenta el funcionario.

Señala que cuando el Gobierno local cuente con las competencias y exista un plan de movilidad actualizado se van a tomar medidas para ayudar a mejorar el servicio.

Cambios. Para Jorge Monge, gerente de la cooperativa de buses Portoviejo, el servicio de los buses ha cambiado favorablemente.

Dijo que hay capacitaciones constantes y que se han hecho inversiones como cámaras que muestran la escalera trasera para que el conductor sepa cuando todos han bajado.

Añadió que usan inspectores sorpresa para detectar errores y tienen un sistema permanente de recepción y atención de denuncias.

“Antes, al mes teníamos 70 quejas, ahora no llegan a 30”, dijo y agregó que este año cuatro choferes fueron separados por exceso de velocidad, incumplimiento de horaros, maltrato a pasajeros e ingesta alcohol.