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Tránsito
El 80% de los traumatismos son por accidentes en moto

Euler Andrés Flores de Valgaz Moreira (24) sufrió un grave accidente en motocicleta el 7 de septiembre y estuvo a punto de que le amputaran la pierna derecha.

Domingo 28 Septiembre 2014 | 10:59

A su padre, Euler Flores de Valgaz, se le llenan los ojos de lágrimas al recordar que su hijo estuvo a punto de correr su misma suerte, pues a él hace 7 años le amputaron la pierna izquierda en Quito, luego de sufrir un accidente de tránsito.
Desde ese día Euler Andrés permanece en el hospital Luis Vernaza de Guayaquil, luchando por su vida. El estudiante de noveno año de medicina de la Universidad Técnica de Manabí y padre de una niña de 3 años, regresaba de San Clemente con su amigo y vecino Lenín Alcívar Moreira. Empezaba el día y a la altura del paso lateral de Rocafuerte se estrellaron contra un camión. 
Lenín, quien conducía, murió tras explotar la moto, por el impacto y las quemaduras sufridas. Su madre prefiere no hablar del tema, guarda silencio mientras los sollozos la ahogan y vuelve a sus quehaceres. Sabe que nunca superará la pérdida de su hijo.
En la misma calle Euler Flores de Valgaz, desde su domicilio en la ciudadela Bellavista de Portoviejo, espera por la pronta recuperación de su vástago. “Está vivo por un milagro, tiene el 75% de su cuerpo con quemaduras. Los médicos están optimistas, ya respira por sí solo”, dice mientras recuerda su propio accidente. “No tenía 25 dólares para pagar y no me atendieron”, señala mientras mira su pierna ortopédica. Y afirma que a su hijo no lo dejaría subir nuevamente a una moto. 
OTRA HISTORIA. En la misma parroquia Andrés de Vera otra familia llora la pérdida de dos de sus miembros: Hilda Ponte Cantos (74) y su nieto Yandry Alonso Majojo (20). Ellos se trasladaban en moto con su hijo y padre Manuel Alonso Ponte, cuando fueron impactados por un vehículo, en la entrada a la ciudadela Bellavista. También un domingo por la mañana: el 21 de septiembre a las 07h00.
Patricio Alonso Ponte, hijo y tío de los fallecidos, indica que “es devastador, es algo que no se puede asimilar”.
Dijo que “no era habitual que anduvieran 3 en la moto, pero ese día mi hermano necesitaba hacer las cosas temprano, y no es mal conductor”. Agrega que “aprendimos a manejar desde los 10 años, mis hijos se han transportado en moto; yo viajo a otras ciudades en este vehículo. No fue impericia de mi hermano sino del otro conductor que se le fue encima”. 
Manuel Alonso Ponte se recupera en su domicilio y su hermano anuncia que seguirán acciones legales.
HOSPITAL. En el hospital Verdi Cevallos el 80 por ciento de las 32 camas del área de Traumatología están ocupadas por pacientes que llegan traumatizados. De ellos, el 80 por ciento es por accidentes en moto, un 10 % por accidentes de tránsito y el 10% restante por caídas.
El traumatólogo Carlos Macías señala que a la casa de salud ingresan más de 30 personas traumatizadas por semana.
Mientras que Antonio Sánchez, traumatólogo del hospital del Seguro Social, señala que el 80% de las fracturas son por accidentes en moto y en su consulta privada es un 30 %.
Indica que en una fractura el período de consolidación puede durar hasta 6 meses, con una pérdida de su capacidad de 20 días. Y recalca que una de las secuelas más traumáticas es la amputación, que se da dependiendo de la energía disipada (impacto).
La mayoría de las fracturas por accidentes en moto son en la tibia porque hay pérdida de partes blandas y exposición del hueso y eso en un 30 ó 40 por ciento significa una amputación, añade. Y las secuelas son grandes: el tratamiento psicológico, a veces psiquiátrico, la colocación de ortesis que tienen altos valores, en pacientes que “quieren un culpable, pero no hacen conciencia de su responsabilidad”.
CONTROL. Según datos entregados por la Jefatura de Tránsito de Manabí, en este año en Portoviejo, hasta el 23 de septiembre, habían sido matriculados 17.872 carros y 9.994 motos. Es decir, que el 36% de los vehículos motorizados que circulan en Portoviejo son motocicletas.
El jefe de Tránsito, René Cañar, dice que el control es un trabajo arduo, pese a las estrategias que se aplican para tratar de reducir los accidentes en moto. 
“Hay falta de conciencia del ciudadano; el nivel adquisitivo le permite comprar una motocicleta, que se expenden sin ningún tipo de control”, señala.
Agrega que a los distribuidores se les ha hecho conocer que deben exigir la presentación de la licencia de conducir tipo A a quien compre una moto, pero “no ha habido responsabilidad social, peor moral y técnica y de mercado”. 
No respetan las elementales reglas de seguridad. Creen que es solo colocarle gasolina y rodar, no ven llantas lisas, estado técnico de sus motos, no tienen licencia, manejan sin respetar las normas, enfatiza.
CIFRAS. Cañar informa que en 6.009 operativos realizados en este año han retenido 669 motos, de un total de 1.192 vehículos, y alrededor de 700 motos están en los patios de la Policía sin ser reclamadas, por lo que pedirá a la Dirección Nacional de Tránsito que proceda al remate.
Según las cifras entregadas por la Jefatura de Tránsito, hasta el 23 de septiembre, de 1.286 infracciones cometidas por los conductores 743 son de motos. De 122 vehículos en mal estado técnico 36 son motos. De 46 vehículos con exceso de pasajeros 27 son motos. De 67 vehículos con llantas lisas 11 son motos.
Y el reporte de accidentes de tránsito muestra que de 905 vehículos involucrados 284 son motocicletas, y de estos solo 175 tenían licencia tipo A.
VENTAS. Diana Montero, jefe de créditos de Montero Distribuciones, señala que la venta de motos ha tenido un despunte. Ella considera que esto se debe a que en el campo en vez de usar caballo la gente prefiere moto.
Añade que la presentación de la licencia tipo A no es un requisito fundamental para vender uno de estos vehículos. Los precios, indica, varían según el cilindraje y pueden costar desde 800 hasta 3.500 dólares. “Vendemos un aproximado de 60 motos al mes, considerando que somos mayoristas”, señala.
ESCUELA. Desde fines de mayo de este año funciona en Portoviejo y Manta la escuela de conducción Sportmancar. Gustavo Tuárez, supervisor de la agencia en Portoviejo, indica que llevan más de 300 capacitados, quienes han recibido 16 horas prácticas y 10 horas teóricas.
“No se trata de que aprendan a manejar, lo ideal es que aprendan a conducir porque algunos saben manejar, pero irrespetando las normativas”, dice Tuárez.
De los alumnos, el 70% son hombres y el 30% mujeres, quienes conocen desde las normas básicas para prender la moto hasta la normativa legal. A raíz de la vigencia del Código Orgánico Integral Penal se registró un incremento de la demanda del curso, que tiene un costo de 140 dólares.
Entre los alumnos está Pascualita Chiquito Cabrera, quien dijo que se inscribió porque necesita aprender a conducir para sacar la licencia y trasladarse en moto desde su casa hasta su trabajo.
Tuárez señala que ella es una de las alumnas más aplicadas. Y recalca en la necesidad de que se usen dispositivos de seguridad como el casco, tanto el piloto como el copiloto, para evitar lesiones graves en caso de accidentes.
ESPERA. Mientras, en la ciudadela Bellavista Euler Flores de Valgaz espera noticias. “Es doloroso, pero los hijos no quieren hacer caso del peligro”, añade. Mueve la cabeza y vuelve a decir: “no lo dejaría subir nuevamente a una moto”.
 
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