La historia se constituye en el alma de los pueblos, y la educación y cultura es la extensión tangible de ésta maravillosa conjunción.
Así lo entendió Alfaro, Cóndor de América, en su heroica lucha por un Ecuador mejor, e implantó el laicismo pedagógico para masificar la luz del conocimiento, con el normalismo, que hizo posible la formación de docentes para forjar una nueva sociedad que utilizando modelos curriculares metodológicos conformó los cambios de un mundo siempre en evolución. Así se crea la Escuela Normal Eugenio Espejo en Chone el primero de julio de 1936, su primer rector Don Luis Augusto Mendoza, asienta el plantel en la Quinta El Carmen, y empieza la labor de educar con un enfoque en la ruralidad: granjas, talleres de carpintería y mecánica, aulas, internado, comedor, parcelas de riego, es una promesa educacional que convierte a Chone en un crisol pedagógico con educadores de 4 años que se expanden en la provincia y en el país, llevando la savia prodigiosa de la educación laica para todos.
Cumple el Eugenio Espejo varias etapas en su accionar docente: Escuela Normal Rural (1936); Bachillerato en Ciencias de la Educación (1960) como Colegio Normal con escuelas en núcleo y jardines de infantes (los profesores rurales equiparaban títulos en vacaciones); Colegio en Bachillerato de Humanidades Modernas (1975); luego Instituto Normal Superior (1981) con post Bachillerato de 2 años ya en era académica; Instituto Pedagógico Eugenio Espejo (1991) profesionales docentes con 3 años académicos; se convierte en Instituto Superior Pedagógico (2000) inscripción en el CONESUP, ingreso al Sistema de Educación Superior Nivel Tecnológico, y en el 2010 por disposiciones legales pasa a ser dependiente del SENESCYT en el nuevo Reglamento Académico que crea la UNAE (Universidad Nacional de Educación). Se decide por informe del Min. de Edu. (2013) que todos los normales se cerrarán y se convertirán en Unidades Educativas del Milenio.
El Eugenio Espejo cumplió 78 años de meritoria labor educativa, miles de profesores egresaron de sus aulas para enfrentar la ardua tarea de terminar con el analfabetismo y dar rumbos ciertos a la educación con los principios básicos de educar para la libertad de conciencia y superación de la sociedad integralmente; esta flama gloriosa es la que hoy han recogido también miles de sus egresados para integrar la fundación “Eugenio Espejo”, que tendrá la tarea de enaltecer la acción cumplida en un ejemplar y largo período de formación profesional docente, 78 años que nos impelen a exigir que una extensión de la UNAE funcione en Manabí, cuna del Apóstol del laicismo nacional, patriota ínclito y mandatario visionario como fue el Gral. Eloy Alfaro Delgado.
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