Desde muy temprano, la tienda de Apple situada en el edificio más alto y epicentro de la actividad comercial y financiera de la isla, abría sus puertas, dos horas y media antes de su horario habitual, para recibir a los clientes más impacientes.
Cientos de compradores se acercaron, de forma escalonada, a recoger los teléfonos, entre filas organizadas a la perfección por decenas de empleados de la empresa que iban comprobando la reserva de cada cliente antes de dejarles acceder a la tienda.
Los que lo consiguieron fueron aquellos que el pasado martes lograron hacerse con la reserva por teléfono en la página web de Apple Hong Kong, que en sólo tres minutos agotó las dos versiones del teléfono.
Sin embargo, aquellos que no contaban con la reserva telefónica volvieron a sus casas con las manos vacías, algunos incluso después de haber pasado casi toda la noche a las puertas de la tienda.
Una treintena de agentes de seguridad se encargaban de proteger los accesos a la acristalada tienda con espectaculares vistas al puerto Victoria, para que sólo los que habían reservado previamente pudieran acceder al comercio.
Entre ellos estaba Derik Suen, quien salía de la tienda con dos modelos del iPhone 6, su versión más económica, para él y su esposa.
"Fui usuario de las primeras versiones de iPhone, luego pasé al sistema Android pero no me gustó, así que ahora tengo la oportunidad de ser de los primeros en hacerme con el último modelo", explicó a Efe con los dos teléfonos en la mano y después de haber desembolsado por ellos el equivalente a 1.440 dólares estadounidenses.
Pero no todos los que hoy recogían los primeros iPhone 6 disponibles en Hong Kong lo hacían por fidelidad a la marca de la manzana mordida.