Era 1996 y recuerda que uno de los requisitos “dados por la sociedad” para ser enfermero era ser mujer, sin embargo no había cláusula legal alguna que le impida hacerlo. Tenía 18 años cuando ingresó a primer semestre de la carrera en la Universidad Técnica de Manabí (UTM).

Al llegar a su primer día de clases se dio cuenta de que no era el único hombre en una carrera que siempre fue considerada para mujeres. En su salón había cuatro hombres más. Pero no todos terminaron la carrera. Cuando tenía 24 años, Andrés Zambrano fue el único enfermero hombre que se graduó de su promoción, junto a 19 mujeres.

Siempre fue así, en casi todas las actividades de su profesión en las que participaba era el único hombre, recuerda.

Y es que para Zambrano ser enfermero es ser, sobre todo, humano. “Nosotros tenemos la mística de ayudar, atender y prevenir”, dijo el profesional, quien actualmente es responsable del área de clínica hospitalización del hospital del Seguro Social (IESS).

Según cifras de la estación general de enfermería, en esta casa de salud laboran 99 enfermeros, de éstos nueve son hombres y 90 mujeres. De los nueve enfermeros, cinco son de planta y cuatro contratados.

>Otro caso. En este grupo también se encuentra Carlos Barahona, de 42 años. Él ingresó en 1993 a la universidad Eloy Alfaro de Manabí. Antes de  estudiar Enfermería también quiso ser médico, pero la vida lo llevó a estudiar la otra carrera. Recuerda que en su promoción ingresaron seis hombres y terminaron dos.

Barahona atribuye esto a que constantemente eran señalados por estar estudiando “la carrera de las mujeres”. Algo que no puede olvidar y que siempre lo recuerda como anécdota, es que en las clases los mismos maestros les preguntaban qué hacían allí. “Nos sentíamos mal, era una sociedad totalmente sexista”, dijo el enfermero.

Pero tampoco le importó, se esforzó por ser el mejor y fue uno de los mejores estudiantes de su promoción. Su buena racha no terminó ahí, asegura que hasta ahora la mantiene, porque con constancia y perseverancia siempre le va bien. Él se considera exitoso. Actualmente Barahona es responsable de una de las estaciones de enfermería del IESS.

>Historia. Según la historia, los hombres dominaron el campo de la enfermería durante gran parte de la historia de la humanidad, es más, la primera escuela de enfermería del mundo fue abierta en India en el 250 A.C., y debido a creencias religiosas sólo los hombres fueron considerados lo suficientemente “puros” para ser enfermeros.

Aún así, para un hombre constituye un verdadero reto ser enfermo, ya que la mayor parte de los trabajos están estereotipados como masculinos o femeninos, y la enfermería no se queda atrás.

Según un estudio realizado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en el año 2010, donde se muestra cómo es la distribución por género en la profesión de Enfermería en el mundo, evidenció que las mujeres han sido las que han ocupado la mayoría de los puestos de trabajo del personal de Enfermería y siguen conservando una proporción importante del total, porque no ha variado notablemente la concepción de que Enfermería es una profesión para mujeres.

Pero esto, según los profesionales de esta rama, parece haber cambiado en la actualidad. En la facultad de Enfermería, el 17 por ciento del total (623) de estudiantes de la carrera son hombres. María Rivas, coordinadora académica y práctica, dijo que hace diez años la postulación de hombres en la carrera va en aumento. “Ahora en cada aula hay hasta ocho hombres”, dijo la docente.