Los gobiernos de Suramérica, especialmente, empezaron a prepararse para enfrentar las  consecuencias de las fuertes y constantes lluvias que caracterizan al meteoro indicado, que pésimos recuerdos ha dejado en los países donde se ha presentado, entre ellos Ecuador.

Sin embargo, al parecer las condiciones han variado de manera sustancial, y si no se descarta su presencia, ya no llegaría con la violencia que inicialmente se estimaba; será de media a baja.

Aquello trae un poco de respiro, aunque algunos países mantienen los programas de defensa, pues con la naturaleza no hay cómo estar seguro.

Por ello creemos que el gobierno ecuatoriano debería seguir con lo proyectado; y procurar que las instituciones destinadas a la prevención las continúen para evitar sorpresas, 

conscientes que toda obra que realicen será de pleno beneficio comunitario.