Juan Carlos Briones, padre de la niña, entre lágrimas y abrazando el cuerpo inerte de la infante, relató que todos los días él se quedaba con la menor en casa y realizaba los quehaceres del hogar, ya que sus otros 4 hijos estaban en la escuela y la madre de ellos, Sara Isabel Cabrera, trabaja en Guayaquil de lunes a viernes y retorna los fines de semana.

El padre dijo que eran aproximadamente las 11h00, cuando preparaba el almuerzo, y la niña estaba cerca del televisor. De repente  uno de sus vecinos lo llamó, por lo que dejó por un par de minutos sola a la menor.

Briones afirmó que al regresar encontró a la niña “prendida” del modular, por lo que la retiró. En el intento, también recibió una descarga de corriente, de la que pudo sobreponerse.

El hombre aseguró que salió a la carrera para tratar de salvar a la pequeña, pero fueron inútiles los esfuerzos suyos y de varios vecinos por tratar de reanimarla, ya que cuando llegaron los paramédicos y la Policía sólo comprobaron su muerte.

Miembros de la Policía junto a la fiscal de Paján, Patricia Bernit, hicieron el levantamiento del cadáver de la niña, que fue trasladado al centro forense de Manta para la autopsia. 

Viaje. Sara Cabrera fue informada inmediatamente de lo ocurrido y retornó a Paján.

Consternación y dolor se vivieron en el encuentro de la madre con el cadáver de su pequeña hija.

Los familiares dijeron que Sara Cabrera padece de problemas de salud, en especial cardíacos, y se temía alguna recaída.

Los padres de la niña son de escasos recursos económicos y piden la ayuda de las autoridades y ciudadanos de buen corazón para solventar los gastos funerarios. Miembros del municipio local detallaron que colaborarían a la familia de la niña con el ataúd.

Inspección. Según el padre, al parecer un cortocircuito, producido en una de las casas cercanas a la suya, habría originado una sobrecarga, que llegó hasta el modular de metal.

Técnicos de la Cnel visitaron la vivienda y detallaron que las instalaciones internas de la de la casa no cumplen  las disposiciones técnicas ni las medidas de seguridad, por lo que se convierten en un peligro para sus habitantes.

Según se pudo apreciar, existen 3 casas en el lugar, dos de ellas son de caña y el piso es de tierra y ambas tienen conexiones directas a los postes de alumbrado público, con cableado de más de 300 metros de distancia.

Solo una de las tres viviendas del lugar tiene medidor; las otras dos, donde se incluye a la de la familia de la niña, no lo tienen.