Por lo general las entidades fiscales tienen entre 50 y 60 alumnos por aula; faltan escuelas faltan maestros, etc. Es un caos completo; nos preguntamos si acaso el sistema educativo no es capaz de hacer una simple estadística, de cuántos niños nacen cada año y en qué numero se multiplican los estudiantes cada período, para entonces tener un resultado más acertado de cuántas entidades educativas más van a necesitar cada año, cuántos profesores, cuánto implemento y todo el andamiaje que esto conlleva, lo cual por supuesto incurre en un presupuesto mayor cada año, que sean de capaz de cumplir todas estas necesidades del pueblo.

Pero si el gobierno no está en capacidad de solventar todos estos crecientes gastos cada año, la cosa es muy fácil entonces; no permitan que las mujeres sigan pariendo más hijos, al menos realizar un estricto control de natalidad y preparar a los jóvenes antes de ser padres. 

Así también, la gente que gana de 1.500 dólares mensuales en adelante no deberían tener a sus hijos en las escuelas fiscales; éstos deberían ceder su puesto a los pobres y pagar escuelas particulares que bien les alcanza. Obligarse a ser una ley general, porque es una ofensa al pueblo que un pobre que gana 300 o menos o que por último está desempleado, tenga que pagar escuela particular porque no alcanzó cupo o porque no tiene palancas; mientras que los que más tienen pagan menos o por último se adueñan de las escuelas fiscales desangrando  al pueblo. Que no sean tan “cara e tucos”

Otra solución sería que las entidades fiscales trabajen en jornada matutina vespertina y nocturna; y por último incrementar la educación a distancia, donde cada grupo estudie un día por semana. Son sugerencias. Lo cierto es que tanto el gobierno como el sistema educativo están obligados a tomar acciones, pero lo que no pueden permitir es seguir con este desbarajuste provocado  el caos y el colapso en todo el país.