Hace dos años un desperfecto en una rueda moscovita ocasionó una tragedia en la parroquia Leonidas Plaza del cantón Sucre; y la semana anterior, el descarrilamiento de un juego mecánico causó severas lesiones a un niño.

Accidentes como estos pudieran prevenirse si existiera un riguroso plan de revisión de las estructuras y partes de los juegos a través de instancias como la Secretaría de Gestión de Riesgos, técnicos municipales, gremios de ingenieros mecánicos, cuerpos de bomberos, entre otros.

No es suficiente con que tengan permiso de las autoridades de Policía y paguen las tasas municipales. Los requisitos deben ir más allá, al cumplimiento de normas de seguridad que deben ser estrictas.

Los “gusanitos”, por ejemplo, una especie de tren de diversión que recorre las calles, deberían pasar una revisión que involucre desde el estado mecánico del vehículo hasta las licencias de los conductores, pasando por la disposición de cinturones de seguridad y de elementos como extintores, botiquín de primeros auxilios, entre otros.

Precautelar la seguridad y la vida de las personas es parte de la tarea de las autoridades.