Con la totalidad de las entradas vendidas desde agosto del año pasado, aficionados al "metal" llegados en avión, tren o carretera, plantan desde ayer sus tiendas de campaña para convertirse temporalmente en los peculiares vecinos de los 1.800 habitantes del pueblo de Wacken.
Esta tarde la inauguración de la vigésima quinta edición de este festival correrá a cargo de la banda Skyline, para continuar con las actuaciones de los míticos Saxen y Accept, mientras que está previsto que Children of Bodom y Apocalyptica hagan las delicias de los amantes del metal el viernes.
El broche de oro correrá a cargo de Motörhead, la actuación estrella programada para la noche del sábado, día grande del festival que ha colocado a Wacken en el mapa del mundo del "heavy".
Servicios médicos y policía refuerzan la zona para controlar el consumo de alcohol y estupefacientes, así como el tráfico, que ya ayer se cobró la vida de un joven de 19 años que acudía al festival y murió en un accidente.
Los lugareños ven cómo desde hace un cuarto de siglo sus modestas calles se han ido transformando para convertirse, por unos días al año, en la capital europea del "heavy", desde que Holger Hübner y Thomas Jensen, bajista de la banda Skyline, decidieran montar los primeros conciertos con un centenar de fans y un cartel local por primera vez en 1990.