Por ese apoyo popular, desde esta columna de opinión se respalda las primeras acciones que el alcalde Agustín Casanova está llevando a cabo y se rechaza la pretensión de cambiar la voluntad del pueblo a través de cortapisas e ideas que intentan boicotear la propuesta de cambio.

Se hace un llamado a los portovejenses para no perder de vista el proyecto de ciudad que se busca y no extraviarse en el camino ante las comprensibles quejas de una persona o un grupo de personas a las que no le conviene alguna de las acciones que necesariamente hay que tomar, como por ejemplo ahora se menciona la laboral, pero que también se refiere al ordenamiento urbano, el pago de impuestos y demás.

Poner a Portoviejo en la misma senda de progreso que muchas ciudades intermedias de Ecuador están desde hace años, es una tarea difícil, pero posible. Hay que trabajar en ese sentido sin descanso porque al final la recompensa para todos será muy superior a las molestias que hoy se ocasionan a pocos.