Durante la pasada noche y al despuntar el alba, la marina de guerra, la aviación y la infantería israelíes recrudecieron los ataques en todo el territorio de la Franja, incluido el centro de la ciudad de Gaza.
Viviendas, centros de prensa, zonas de cultivo y mezquitas fueron alcanzados por morteros y misiles israelíes, que causaron la muerte de al menos un centenar de personas y heridas de diversa consideración a 500 más.
Los bombardeos afectaron a varias viviendas del campo de refugiados de Al Bureij, en la región central de Gaza, donde perecieron 17 personas.
Entre ellos, el alcalde del vecindario, Anis Abu Shamalah, varios menores y mujeres.
El Ejército israelí atacó también la residencia de Ismail Haniye, el ex primer ministro de Hamás y vicepresidente del movimiento islamista, que fue completamente destruida, así como oficinas de medios vinculadas al grupo.
Además dejó a la población, calculada en 1,8 millones de habitantes, en la oscuridad al atacar e inutilizar la única central eléctrica de la Franja, que tras resultar incendiada suspendió su actividad.
Según explicó a Efe una fuente del Ministerio de Infraestructuras de la Franja, aviones israelíes dispararon contra un tanque de almacenamiento de combustible en las instalaciones de la planta.
Responsables de la compañía eléctrica advirtieron de que la planta "quedó inútil" y dejó de producir electricidad en un territorio donde solo el 20 por ciento de la población disfrutaba de cuatro horas diarias de suministro.