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Investigación
El riego que costó 238 millones de dólares está subutilizado

El megaproyecto de riego Carrizal-Chone (CCH); que costó unos 238 millones de dólares y se planeó para regar en sus fases 1 y 2 13.268 hectáreas (has) en Bolívar, Junín, Tosagua y Chone; funciona a un tercio de su capacidad.

Domingo 27 Julio 2014 | 11:40

Según cifras del Gobierno Provincial de Manabí (GPM), actual administrador del sistema, se irrigan unas 4.500 hectáreas.
Para la  Senagua, responsable de su contratación mediante lo que fue la Corporación Reguladora del Manejo Hídrico de Manabí (CRM), hay unas 4.000 hectáreas beneficiadas. El aprovechamiento está entre el 30 y 33 por ciento.
SISTEMA. La millonaria obra, construida en gran parte por Odebrecht/Hidalgo & Hidalgo, y culminada por Eseico-Coinfra, tiene una historia (por momentos polémica) de 12 años y ha pasado por cuatro gobiernos.
Mediante una red creciente y vertiginosa de tuberías, en su mayoría bajo tierra, conduce agua a presión desde la represa La Esperanza hacia los cuatro cantones. En las trece mil hectáreas se esparcen cientos de estructuras de hormigón que contienen las tomas desde donde se puede usar el riego.
ORDENAMIENTO. Aldo Vásquez, director de Recursos Hídricos del GPM, explica que la subutilización se debe a múltiples factores como la transformación de suelo agrícola en urbano. De hecho, considera que ahora realmente son regables unas nueve mil hectáreas.
En Calceta, en el sector de San Rafael, el agricultor Eberaldo Cano lo confirma. Cuenta que años atrás ahí “era sólido (solitario)”, pero ahora se ha llenado de casas. Cerca de su propiedad hay una toma de riego que no usa: trae el líquido desde el río para sus pequeñas plantaciones de plátano, cacao, yuca y naranja.
El prefecto Mariano Zambrano cuestiona que el diseño no consideró adecuadamente las zonas que necesitan el riego. “Es increíble. Había un lugar donde hay como diez tomas y regaban un jardín y una cancha”, comenta.
El dignatario asegura que no han recibido en su totalidad el sistema, ni el personal desde la Senagua. Sin embargo, destacó que impulsan proyectos como la “Escuela de la caña de azúcar” en Junín y otros de fomento productivo.
Wilson Mendoza, subsecretario regional de Senagua, señala que ha sido complejo el traspaso de personal debido a trámites laborales y financieros. Sin embargo, añade que en el sistema lo que ha faltado es el acompañamiento. “La primera fase la construyeron y ya. Nosotros hemos tomado ese tema y ahora apoyamos al Gobierno Provincial con eso”, dijo.
PROYECTOS. Juan Peláez, quien fue parte de la CRM cuando se negociaron los contratos con Odebrecht/Hidalgo & Hidalgo, señaló que la entidad tenía en marcha proyectos productivos. “Yo me desvinculé hace años. No puedo saber qué pasó después”, mencionó.
La organización Fortaleza del Valle nació con CCH y la CRM en 2005 y de sus 73 productores iniciales, muchos eran o son beneficiarios del sistema de riego.
Su presidente, Wilson Zambrano, calcula que de los actuales mil productores que acopian cacao fino de aroma sólo un 30 por ciento son usuarios del CCH.
Ahora, cuando exportan más de 500 toneladas al año a Suiza y Estados Unidos, trabajan no solo con agricultores de Bolívar, Junín, Chone y Tosagua, sino también de Portoviejo, Pichincha, Rocafuerte y otros cantones.
“Cuando se promovía el proyecto se presentaban destacadas granjas demostrativas, pero eran la excepción no la regla”, recuerda el dirigente que considera que ha faltado apoyo técnico, seguimiento al agricultor.
El ministro coordinador de sectores estratégicos, Rafael Poveda, dijo que “el tema está en manos del prefecto, nosotros hemos cumplido y él tiene todo nuestro apoyo”, manifestó.
CASOS. En el sitio La Esperanza, Wínter Cevallos cuenta que desde hace siete años usa el CCH.
Como el agua llega con presión no necesita usar bomba para regar. “Gastaría sólo en combustible más de 10 dólares a la semana”, reflexiona este productor de maíz.
En Calceta, José Alfredo Balarezo saca cuentas. Calcula que con unos 80 dólares podría comprar las mangueras y aspersores que necesita para usar totalmente el riego en la parcela que le han prestado para siembra; sin embargo, no tienen esos recursos.
Este agricultor de 72 años, que cobra con los excedentes de la producción que entrega a quien le facilita el predio, cuenta que sólo una parte de sus plantaciones de maíz y fréjol las logra regar con el sistema presurizado. Para el resto carga desde el río el agua en tachos. La toma para riego está a unos 300 metros de su sembrío.
Lenín Vera, director de la carrera de Ingeniería Agrícola de la Escuela Superior Politécnica Agropecuaria de Manabí (ESPAM), considera que uno de los problemas más graves es que las tomas de agua están en muchos casos lejos de las propiedades.
Un estudio que la ESPAM realizó desde hace un año reveló esta situación y señala que costaría en promedio unos 1.500 dólares por hectárea implementar sistemas de riego adecuado.
“Es una inversión mínima si se compara con todo lo que costó lo que ya se construyó”, dijo.
PENDIENTE. Las obras de CCH en su Fase 2 no acaban. Antes de entregar el sistema definitivamente al GPM se trabaja en revisión y arreglos de reservorios y pruebas con el sistema computarizado que  opera las válvulas, informó Kenneth Macías, responsable de la Unidad Técnica de Senagua.
En el sitio Los Monos, de La Estancilla de Tosagua, Ángel Zambrano aún espera usar el sistema.
“Pusieron esa toma hace cuatro años y no ha llegado ni una gota de agua”, reclama mientras mira el pasto que se seca de a poco y la tierra que ya presenta cuarteaduras, a poco metros de la toma de riego.
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