Ella tiene 82 años y vive sola. Tiene hijos, pero viven fuera de la ciudad. Todos los días Ramona llega al comedor para almorzar y pasar un rato con otros adultos mayores cuya situación de vida es similar. 

 

Este comedor acoge a 60 adultos mayores y 60 niños y niñas. Fue creado hace 15 años y subsiste de las donaciones de cinco empresas privadas. Cuatro colaboran con productos alimenticios y una con un rubro económico, informó Aracely Indacochea, coordinadora del comedor.

Sin embargo los gastos superan a los ingresos. Regularmente el almuerzo en estos comedores no tiene costo, los beneficiarios aportan con lo que tienen, el valor va de 10 a 30 centavos. 

De esto lo que reunen a la semana es hasta 30 dólares, cuando lo que gastan es un poco más de 250 dólares, dijo Indacochea.

Quienes llegan a este sitio provienen de barrios aledaños como Miraflores, 4 de Noviembre, 8 de Enero y Bellavista.

pocos. La tradición de los comedores populares ha ido perdiendo presencia en la sociedad actual. Hace diez años en Manta había alrededor de 14 comedores populares, de éstos ahora quedan 6, manifestó Indacochea.

Estos son el comedor de la fundación Río Manta, Eustaquio Montemuro de la parroquia Eloy Alfaro, Patronato Municipal, Urbirríos, parroquia Divino Niño y Perpetuo Socorro.

Este último brinda 80 almuerzos, incluídos 10 que se envían al hospital Rodríguez Zambrano. 

Dentro de este número están Bertha Mendoza, de 82 años y su esposo. Ambos almuerzan allí porque viven solos y están enfermos. Llegan desde el barrio María Auxiliadora 2 hasta el barrio Perpetuo Socorro.