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Los chinos sorprenden al mundo por muchas cosas: Por su producción que es tanta que ya la ha convertido en la segunda economía del mundo. Por su dedicación que parecerían capaces de trabajar 24 horas continuas sin mostrar la más leve seña de cansancio, por sus hazañas deportivas que la demostraron en las últimas olimpiadas al colocarse en un cercano segundo lugar, por su desarrollo científico que es de tal magnitud que les está permitiendo incursionar con éxito hasta en la carrera espacial.
Y como para cerrar con broche de oro, su impresionante desarrollo.
Manejan empresas tan prósperas que venden o fabrican para las más prestigiosas y respetadas marcas del planeta y obtienen tal cantidad de excedentes que hoy no sólo lo prestan con la astucia propia de los más experimentados especialistas, sino que se han convertido, a fuerza de ser siempre requeridos, en los banqueros favoritos del tercer mundo.
Pero no sólo eso.
Con la transición del sistema comunista a una economía de mercado diferente, los chinos no es que sólo aprendieron a producir como se lo hace el primer mundo.
También aprendieron los vicios del modelo.
Y sorprenden al mundo ahora - me incluyo - por su rapidez para conocer refugios donde el dinero se mueve casi sin restricciones.
Es decir, lo que el mundo capitalista viene haciendo desde hace muchas décadas para bien y para mal.
Pues bien, los chinos lo están haciendo para esto último.
El Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación ha puesto a disposición de todo el que quiera ver los nombres de los parientes de los más altos jerarcas del Gobierno chino que tienen cuentas corrientes e inversiones en paraísos fiscales.
La información textual dice: “Los registros que llegan hasta el 2010 revelan que por lo menos 13 parientes de máximos dirigentes del régimen chino, incluidos el actual presidente, así como 15 grandes empresarios de compañías estatales, han mantenido una intensa actividad en el paraíso fiscal de las Islas Vírgenes Británicas.”.
Lo que ha dejado atónito al mundo, entonces, no es, pues, conocer que ciertos países son los refugios predilectos de los dineros sucios del mundo. Es sobre que jerarcas comunistas, que se suponían ajenos a las tentaciones y a los vicios del sistema capitalista, que servían de ejemplo para millones, hoy estén involucrados en negocios propios de los traficantes de dinero.
Como que el dinero doblega al más pintado.
Esta parecería ser la conclusión.
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