Con estas suman 29 las familias que están albergadas en ese lugar y esperando una nueva vivienda que sería construida en Picoazá.

Una de las recientes reubicadas es Mariela Moreira junto a su esposo y cuatro hijos. Comentó que se siente triste de dejar su hogar, pero por otro lado más tranquila porque su vivienda está a punto de caerse.

Esto debido a que se sigue deslizando y hundiendo. “Ahora sólo nos queda esperar que nos puedan ayudar con una nueva casita”, dijo.

Rita Macías, albergada y quien coordina el grupo, indicó que se proyectaba el traslado de 11 familias, pero que finalmente sólo 5 accedieron, el resto prefirió seguir en riesgo.

Añadió que dos familias llevan en el lugar seis meses, otras 22 cuatro meses y se suman las cinco restantes.

Edilberto Macías ya tiene seis meses desde que dejó su casa propia en la Briones. Con tristeza y lágrimas en sus ojos recuerda su antigua casa y dice extrañarla. De alguna manera hace todo lo posible por hacer de este su hogar.

Situación. Rita Macías expresó que las instituciones como el Ministerio de Inclusión Económica y Social, (MIES) y el Ministerio de Salud los atienden. “Dos veces por semana nos traen cloro a regalar, también fumigan los predios del hotel”, añadió.

Pero el principal problema es la falta de respuesta concreta a su pedido de reubicación, en un principio se dijo que en 90 días, luego de su traslado iban a estar en su nueva casa en Picoazá, pero esto sigue en palabras. 

Asimismo, hay familias que han hecho de este lugar su punto de trabajo; por ejemplo, Sonia Parrales hace y entrega dulces a domicilio.